Es la obsesión españolista de la semana: la Ley Celaá y la delirante "persecución al castellano". Un disparate repetido hasta la extenuación en TVE a través de altavoces como Isabel San Sebastián, Anna Grau y el outsider Rubén Gil, el espontáneo menos espontáneo de la historia de la humanidad. El idioma rojigualdo, el de los 400 millones de hablantes pero que no sirve para pedir un café en Barcelona, Tortosa u Olot, está en peligro. Todo por culpa de los de siempre: catalanes, vascos, gallegos... y los narcocomunistas de La Moncloa. A TV3 también ha llegado la polémica, claro. A pesar de que de una forma diferente: en formato musical.
El 'Polònia' estrenó el nuevo hit facha que podría sonar pronto en las discotecas favoritas del trifachito. Lo interpretan sus líderes: Pablo Casado, Inés Arrimadas y Santiago Abascal. Los tres, bajo una carpa llena de lazos naranjas, intentan conseguir adhesiones a la causa ultrahispánica 'dando el cante'. Reinterpretan aquella famosa canción de Las Ketchup, el Aserejé, enviando mensajes como que la reforma provocará que "solo se hable castellano a escondidas en los baños porque es lo quieren los separatistas". Trabalenguas con los nombres de las reformas educativas, Lenin en las paredes de las escuelas, referencias a Maduro, Celaá como una bruja... todo eso enloquece a los de la mani de Colón, pero no tanto como el ultraje que se avecina: "y en lugar de nuestro himno escucharán una sardana mientras besan la bandera catalana. Se ríen, se mofan, de mi Españaaaa". Hilarante.
Los fachas tienen un problema: despiertan más simpatías en las parodias del enemigo indepe que en la vida real. Que se lo hagan mirar.