Nacho Cano, detenido. Si al fundador de Mecano le quedaba algún cromo que poner en su álbum vital, acaba de conseguir uno de los más nefastos, penosos y vergonzosos. Agentes de la Policía Nacional lo han trasladado a sus dependencias para obtener su declaración, acusado de dos delitos: uno contra los derechos de la población inmigrante y otro contra los derechos de los trabajadores. La presunta contratación de inmigrantes en situación irregular para el musical Malinche, en cartelera en Madrid desde 2022, ha sido el detonante. Una vez cumplido el trámite, ha quedado en libertad en cargos y a la espera de una citación con el juzgado, donde se celebrará el juicio. Con él ha sido detenida otra mujer, en un caso que comenzaba hace un tiempo con varias denuncias de la plantilla del show por irregularidades en las contrataciones. No es flor de un día, no.

El estruendo ha sido imponente, por la relevancia del personaje, por su manera de ser y sobre todo, por sus amistades íntimas. La más importante, aquella por la cual es capaz de arrastrarse literalmente sobre un escenario: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Como olvidar aquella escena durante la entrega de la Gran Cruz del Orden del Dos de Mayo. Es imposible definir con más exactitud la palabra patetismo. Bien, Cano lo ha intentado, con declaraciones que no firmaría ni el club de fans más exaltado de la pepera. Pero arrodillarte ante un sujeto como Ayuso rompe todos los récords de infamia. Y todo, evidentemente, porque se convirtió en la mecenas de sus absurdidades faraónicas, irrelevantes y carísimas, algunas de ellas afortunadamente muertas antes de nacer. Pero sí que se ha embolsado subvenciones y ha recibido solares públicos por toda la cara. Y ya ves, al final para acabar delinquiendo, presuntamente, con las empresas y proyectos pagados por la Isabelita, aquella a la que considera más grande que 'La Católica'.

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Isabel Díaz Ayuso en el estreno de 'Malinche' de Nacho Cano / Europa Press

Ay, Ayuso. Otra vez volvemos a encontrarnos en aquella delicada situación, la de ver como tu hermano, padres, pareja y también amiguetes que te invitan a Ibiza a todo trapo acaban en problemas con la policía y la justicia. Todo presuntamente, pero bien documentado. Lo bastante importante para ordenar una detención, en el caso de Nacho Cano, y lo bastante potente para enviar cartas a Hacienda reconociendo delitos e implorando pactos, como el churri Alberto González. "Ahora le toca a mí novio", decía cuándo se descubrió el pastel del Maserati, el piso de millonario y otras historias de este técnico sanitario convertido en comisionista espabilado, especialmente a raíz de aproximarse a la figura de la presidenta madrileña y a las empresas que reciben riadas de millones en subvenciones. No, ahora le toca a Nachito, a quien ni la diosa ha podido salvar del coche patrulla. Tampoco de la etiqueta de explotador de gente sin recursos. De personaje sin escrúpulos, capaz de aprovecharse del primero que se encuentra por el camino. Y todo esto, claro, con el discurso grandilocuente e hipócrita de la libertad y todo el manual ayuser de patriota de chichinabo.

Nacho Cano gafas de sol GTRES
Nacho Cano / GTRES

Ayuso arrasa en las redes sociales, noqueada al ser señalada como el núcleo de una constelación de sinvergüenzas que le tocan de muy cerca. Pobrr, es que le tienen manía. Pero parece que es como Atila: por allí donde pasa no crece la hierba... y te espera un marrón judicial. Esta es la heroína del PP y de la España de la pandereta. Enhorabuena a sus fanáticos. Quizás ellos son los siguientes, presuntamente, de su museo de escándalos.

Isabel Diaz Ayuso presidenta Madrid / Europa Press
Isabel Díaz Ayuso / Europa Press