El exactor porno Nacho Vidal se ha abierto en canal en un reportaje en El Mundo, en el que habla de la transexualidad de Violeta, su hija de once años. El de Mataró explica cómo ha sido su proceso de asimilación de la condición sexual de la niña, que nació con genitales masculinos pero que desde bien pequeña ya tenía claro que aquello no era su auténtica personalidad. Con 4 años "ya nos obligó a que le comprásemos todo de niña", y dos años después dejó a la madre estupefacta con una sentencia clara y rotunda: "Mamá, mi cabeza me dice que soy una niña". Después se lo comunicó al padre, que pensaba que Ignacio (el nombre que le pusieron al nacer) era, en realidad gay: "Soy una niña y no quiero ser más un niño"
Tiene 11 años y hace sólo unos meses logró el cambio legal de sexo. "Lo importante es que mi hija empatice con los que la odian. Así el enemigo acaba dándote pena", dice el ex actor porno. Un reportaje de Pedro Simón https://t.co/SDXTl56ucG
— PAPEL (@Papel_EM) 1 de junio de 2019
@nachovidalxxx
La firmeza de la criatura dejó paralizado a Nacho. "Mi mayor miedo se había hecho realidad. Imagina, los transexuales que yo conozco generalmente vienen de un mundo muy jodido. Y no quieres eso para tu hija". Atemorizado, empezó un camino que acabó en catarsis, al ver la determinación de Violeta, que respondía a los miedos familiares con un "a mi me da igual lo que me digan, yo sé muy bien lo que soy". Pero lo que realmente cambió la percepción del actor fue la felicidad de su hija. "Cuando era un niño, era un niño muy feliz, pero cuando fue niña me di cuenta de que lo anterior no había sido verdadera felicidad". Ignacio ya era cosa del pasado.
Vidal ha compartido estas y otras interioridades familiares como preámbulo de lo que pasará el próximo 28 de junio, la fecha del estreno del documental "Me llamo Violeta". Allí podremos captar de primera mano las dificultades que han pasado durante un proceso que ha cambiado su percepción en torno a la transexualidad. "No puedo obligar a que los demás quieran o acepten a mi hija. Es problema de ellos. Yo también pasé una época en la que decía que un travesti era un tío y punto".
Mediapro
Gracias a la valentía de Violeta, "ahora empatizo con todo el mundo, hasta con los del autobús de Hazte Oir. Yo puedo explicarles esto si quieren". Una loable actitud contra aquellos que piensan que aquello era un "castigo divino por haber tenido una vida de excesos", llegando a amenazar a la niña de muerte. La realidad es que Violeta, Nacho, Franceska (su mujer) y León (su otro hijo) les están dando una lección de humanidad que todos sus dogmas nunca podrán vencer. Y, mucho menos, convencer.