El 5 de septiembre de 2023, la reconocida presentadora María Teresa Campos falleció a los 82 años en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, a causa de una grave insuficiencia respiratoria. Casi tres meses después de su fallecimiento, sus hijas, Terelu Campos y Carmen Borrego, organizaron una subasta para deshacerse de los muebles de la mansión en Molino de la Hoz tras la venta del inmueble. La elección de una prestigiosa sala de subastas en el Barrio de Salamanca parecía ser la jugada perfecta, pero la realidad golpeó duro: nadie los quiso.
A pesar de tratarse de muebles de altísima calidad y de estilos clásicos, muchos ni siquiera alcanzaron sus precios de salida, fijados entre los 300 y 2.000 euros. ¿El motivo? Según expertos, su tamaño descomunal no encaja en la mayoría de las casas modernas, y el hecho de ser piezas nuevas de estilo tradicional, en lugar de auténticas antigüedades, las volvió menos deseables para los coleccionistas.
Subasta fallida: un golpe financiero al clan Campos
Entre los objetos subastados destacaba un elegante "Secretaire bookcase" de caoba, con baldas acristaladas. Este mueble, que en su momento costó una fortuna, fue subastado por el precio de salida: 1.800 euros. Incluso piezas más llamativas, como una consola estilo Luis XIV con tapa de mármol, apenas lograron superar ligeramente su precio inicial de 600 euros, vendiéndose en 900.
La emblemática sillería en madera lacada y dorada, con un toque que evocaba a los majestuosos decorados de ‘Falcon Crest’ o ‘Dynasty’, apenas alcanzó los 1.200 euros, y una consola de media luna, valorada inicialmente en 350 euros, solo logró subirse a 375 euros tras la puja. Incluso las mesillas de noche del dormitorio de María Teresa, consideradas una ganga por su precio inicial de 350 euros, apenas subieron a 450 euros. En total, y tras deducir los porcentajes de la casa de subastas, las hijas de María Teresa Campos apenas lograron recaudar 5.000 euros. Una cifra irrisoria si se compara con el lujo que alguna vez representaron estos muebles, y que no ha contribuido en nada a aliviar las tensiones financieras que enfrentan las hermanas.
¿Un segundo intento condenado al fracaso?
Ahora bien, en un intento desesperado por revertir la situación, Terelu Campos y Carmen Borrego han anunciado que preparan una nueva subasta, confiando en que la nostalgia o el interés por piezas únicas logre atraer más compradores. Sin embargo, los expertos dudan que esta estrategia les permita alcanzar una cifra significativa, especialmente ahora que el interés mediático parece haber abandonado incluso el legado de la gran María Teresa.
¿Es este el final del legado de las Campos? No lo sabemos. Pero lo cierto es que este episodio se suma a la lista de dificultades que enfrenta el clan Campos, que parece estar atrapado en una espiral de malas decisiones y fracasos. Mientras tanto, los muebles que una vez adornaron la vida de lujo de María Teresa Campos, ahora languidecen en una sala de subastas, esperando a alguien que quiera darles una segunda oportunidad. ¿Llegará ese día? Solo el tiempo lo dirá.