La intolerancia españolista contra todos aquellos que estropeen el relato oficial de lo que pasa en Catalunya tiene a la opinión pública internacional como uno de sus grandes objetivos. Una práctica transversal, que engloba a ministros del gobierno, partidos políticos, plataformas de conveniencia e incluso agitadores bufonescos. La batalla también se produce en las redes sociales, donde cualquier tuit o texto puede chamuscar sensibilidades de los de la piel de toro. Una lucha a cara de perro y en la que no se hacen prisioneros; no importa la importancia ni la reputación de los enemigos, como uno de los gigantes mundiales de la investigación y divulgación de la exploración científica, historia, naturaleza y cultura: National Geographic. Uno de sus últimos artículos ha hablado sobre Catalunya y el conflicto con España, y lo ha hecho siguiendo una norma que irrita a muchos españoles de pro, desde Josep Borrell hacia la derecha (y más allá): ajustarse a la realidad.
Catalonia has its own cultural identity and a robust separatist movement, despite crackdowns from Madrid https://t.co/AFTQCylnZu
— National Geographic (@NatGeo) 3 de noviembre de 2019
'NG' desgrana la historia de Catalunya y su rumbo hacia la independencia bajo un titular que ha caído como un puñetazo en Madrid: "Why Spain's wealthiest region wants independence" (por qué la región más rica de España quiere la independencia). Y añade otra frase que ha desatado una tormenta en redes: "Catalonia has its own cultural identity and en robusto separatist movement, despite crackdowns from Madrid" (Catalunya tiene su propia identidad cultural y un movimiento separatista robusto, a pesar de la represión de Madrid). No sólo eso, sino que 'osa' hablar de los dos referéndums celebrados en Catalunya, uno 'informal' el 9-N y otro, 1-O, ya formal pero que "España insistió en que no ocurrió, y después de una violenta represión policial, el Tribunal Supremo lo declaró ilegal". Tampoco se olvida de la situación de los presos políticos.
El alud de referencias sobre el papel del Estado español y sus fuerzas policiales contra la disidencia ha sido demasiado impactante para el españolismo que se declara lector y suscriptor del gigante multimedia. Catalunya les ha tocado la fibra y le han llegado a espetar un "a tomar mucho por culo". Un typical spanish en toda regla. Seguro que no cuestionan el relato de otros lugares del mundo. Y que tampoco les interesan según qué imágenes y vídeos que reflejan la conducta de los agentes en las movilizaciones.
Mañana me doy de baja como suscriptor de su revista.
— Javier. ���� (@JavierOres) 4 de noviembre de 2019
A tomar mucho por culo pic.twitter.com/la9pJ9NoGI
— Ani��������❤��������❤�������� (@Anamari08774891) 4 de noviembre de 2019
Vengo planteándome desde hace años suprimir mi suscripción a National Geographic xq, esceptuando la fotografía el resto de contenidos han ido perdiendo calidad a pasos agigantados. Mañana será un hecho.
— Babunita Seco (@BabunitaSeco) 4 de noviembre de 2019
Entiendo la pregunta, si solo ves @24h_tve
— Dani����#SpainIsAFascistState (@dani72cat) 3 de noviembre de 2019
Berlin, 1934.
— Gonzalo (@gonnassau) 4 de noviembre de 2019
Alabama, 1935.
Barcelona, Catalonia, 2019.
Crackdowns? pic.twitter.com/6w8SX7xUu7
es acojonante, si es que ves estas cosas y dan ganas de mandarlo todo al carajo, los que uno piensa que tendrán un poco de rigor apuntándose el carro de la basura
— Seb (@Sebastian_La_C) 5 de noviembre de 2019
Que la realidad no te estropee una buena historia, como la de los malos, ingratos y violentos catalanes que atacan a la angelical España. La verdad hace mucho daño.