Azul o rosa. Fútbol o ballet. Muñecas o soldados. Dicotomías que apestan a naftalina, pero que siguen vivas en pleno siglo XXI. La sociedad, o al menos buena parte de ella, sigue enquistada en roles de género absurdos. Como si niños y niñas necesitaran ser estabulados, no sea que se confundieran y... ¿y qué? Esta es la gran pregunta. ¿Quizás la civilización colapsará? ¿Se abrirá una grieta en medio del océano que nos tragará a todos? Qué misterio tan triste. Un misterio que acaba de vivir en carne propia una madre primeriza: la actriz Nausicaa Bonnín.
Nausicaa y Saó, su hija nacida en julio, salieron de compras sin saber que estaban a punto de vivir el enésimo tic de micromachismo que enferma la sociedad. Como estamos a las puertas del invierno, la madre quiso comprarle un gorro para mantener su cabecita bien calentita. En vez de un calor confortable, la Bonnín salió del establecimiento en llamas y con la cabeza como un timbal. La conversación parece inocente, pero lo dice todo: "Hola, ¿tenéis gorros de bebé?", preguntó. "¿De niño o de niña?", fue la respuesta. Claro, es bien sabido que niñas y niños tienen cabezas totalmente diferentes. Equivocarse en esta elección puede provocar graves trastornos. Especialmente en la mente rígida de, desgraciadamente, muchas personas. Nausicaa, sin embargo, no se quedó callada, con una réplica bastante contundente, pero que quizás necesitaría de un croquis para acabar de entrar en las entendederas de su interlocutor: "Gorro, para una cabeza pequeña". Sublime.
Basta de etiquetas sin ningún sentido, y más educación en valores. Esperemos que nuestros hijas e hijos nos superen, por el bien de la sociedad y del mundo en el que vivimos.