La infanta Cristina prepara su jubilación dorada en Catalunya, en su piso de lujo reformado de la Avenida Pedralbes. Es una de las herederas más multimillonarias de Barcelona: en poco tiempo (Juan Carlos tiene 87 años) recibirá la inmensa fortuna que heredará de su padre. Por la franja baja se calcula que el emérito dejará a sus dos hijas cerca de 2000 millones de euros que podrían ser muchos más. Ni el mismo Borbón sabe cuánto dinero ha acumulado en 40 años de comisiones ilegales multimillonarias. Cristina ha sido, es y será una mujer rica. De joven vivió en Zarzuela, de soltera en Pedralbes y de divorciada entre Suiza, Pedralbes y Zarzuela. Con un sueldo de la Fundación La Caixa y, sobre todo, con un descomunal salario de la Fundación del Agá Khan IV, uno de los mejores amigos de Juan Carlos, muerto hace pocos días a los 88 años. El padre de la infanta intercedió por su hija para que aumentara sus ingresos en una cifra descomunal que, obviamente, La Caixa no le podía pagar. Eyre tiene testigos que le han revelado que el sueldo de la infanta en la Fundación de Agá Khan es una cifra de 400 mil euros anuales, unos 35 mil euros mensuales. Una cantidad casi libre de impuestos porque en Ginebra donde Cristina reside oficialmente y donde tiene su despacho en la Fundación de Agá Khan, no paga los impuestos de España. Y aparte recibe otro sueldo de La Caixa. Una fortuna a cambio solo de ligar su nombre, Cristina de Borbón y Grecia, a una Fundación. Pilar Eyre revela a Lecturas cómo negoció esta cifra escandalosa por no hacer nada.
Escribe Eyre: "El Aga Khan IV ya había corrido en auxilio de Cristina cuando su marido ingresó en prisión y a ella no le llegaba el sueldo de la Caixa para mantener su nivel de vida. El Aga Khan le preguntó “¿con 400.000 euros anuales tienes suficiente?” y cuando la infanta contestó que sí, la contrató en su fundación por ese sueldo. Aunque Cristina tiene despacho en la sede de Ginebra, teletrabaja desde la pandemia. Desconocemos los proyectos en los que está implicada pero resulta muy extraño que no haya acompañado a su padre al funeral de su jefe y haya preferido desplazarse a la boda de su primo en Atenas, tan irrelevante que ni siquiera asistieron algunos de los hermanos del novio". La frase es demoledora "Te basta con 400 mil euros". Cristina negoció con un simple sí: 400 mil al año y despacho en Ginebra, que no ha ocupado nunca porque hace "teletrabajo" desde la misma capital suiza. Un chollo de empleo porque no hace nada. Ni siquiera la obliga a viajar a Portugal para el funeral de su jefe y mecenas. Cristina prefirió una boda de teatrillo en Atenas, donde ni Elena quiso ir al tratarse de las segundas nupcias de un primo.
Del poco trabajo de Cristina da fe otra periodista catalana, Silvia Taulés, que explica a Vanitatis que la lesión en el brazo de la infanta Cristina que la hace ir vendada no es un accidente en el trabajo o esquiando sino un accidente doméstico, y ni siquiera en su casa en obras. Se lo ha hecho en el Palacio de la Zarzuela, donde vive gran parte del año a escondidas para evitar que Hacienda la considere residente fiscal española. Allí cayó y se dio un golpe en el brazo. ¿Cómo es un accidente doméstico en Palacio? Un lugar donde Cristina ni cocina, ni friega, ni repasa estanterías ni tampoco hace nada. Sería una caída en la ducha. Cris, nepobaby y pija.