Neymar sigue haciendo lo que le place. Ni el seleccionador brasileño ni el jeque del PSG le han prohibido ir a una boda... en Sao Paulo. Si eso hubiera pasado a Can Barça habrían quemado medio Camp Nou pero en París tienen manga ancha. Asistió con su compañero de equipo, el también exazulgrana Dani Alves, y coincidieron con otro brasileño traidor para los culés: Ronaldo, el gordo. Sin corbata y con sombrero, Neymar se encontró con su ex, la modelo Bruna Marquezine y saltaron chispas.

Según varios testigos de los centenares de invitados de la boda entre un piloto de cars y una actriz, los dos exnovios bailaron muy juntitos, charlaron mucho rato, y en un momento de la noche con unas cuantas copas de más (de alcohol, no deportivas) Ney le dio un beso en los labios en su ex, que lo abandonó el junio pasado harta de las fiestas con sus amigos toys.

Las revistas del corazón brasileñas están mojando pan en una boda donde estaba el todo Brasil de famoseo, incluyendo la hija de Xuxa, famosa cantante que Telecinco hizo popular en los años 90 entre los niñosque cantaban una letra pegadiza y sin sentido: "ilari-lari-lari, eh, oh,oh,oh, ilari-lari-lari, eh oh,oh,oh"

Neymar ya es padre de un niño, pero sabe que los bebés vienen de París. Y la modelo cortó con él en junio, antes de saber que Ney ha pasado a forrarse con los petrodólares del Qatar. 30 millones netos el año. Quizás Bruna se lo repiensa y se reconcilian.