TV3 firmó, muy probablemente, uno de los programas más conmovedores e imprescindibles del año, de la década, de su historia. No exageramos. 'Conflicte Interior' nos permitió captar de primera mano y a distancia muy corta las tribulaciones de los periodistas que cubren conflictos internacionales, ya sean guerras, revueltas, golpes de estado, crisis... Allí donde la vida humana no vale absolutamente nada, donde cada día es un ejercicio de supervivencia mayúsculo, donde los problemas cotidianos de los catalanes y catalanas parecen, con todo el respeto, minucias e incluso frivolidades de privilegiados. Un ejercicio al que también se exponen los informadores desplazados por los medios de comunicación extranjeros, a quienes la vida cambia completamente, dejando heridas que no se curan jamás.

Encender la tele y que el Telediario conecte en directo con Afganistán, por poner un ejemplo actual, tiene un precio muy alto y a menudo desconocido para el busto parlante que vemos en la pantalla. Desde la comodidad de nuestro hogar podemos construirnos la idea equivocada que aquella persona que nos narra la vuelta de los talibanes al poder lo hace con el piloto automático, sin sentir la tragedia que le rodea, buscando protagonismo en el horror y el sufrimiento ajeno. Pues bien, no es que el razonamiento sea erróneo e injusto, no. La cosa va mucho más allá. Y para entenderlo a la primera sólo hay que escuchar las palabras de Nicolás Valle, corresponsal de guerra de TV3 y uno de los invitados del magnífico debate conducido por Roger Escapa. Ha estado en Ruanda, en Georgia, en Kosovo, en Crimea... las ha visto de todos los colores. Y ninguno de ellos era agradable.

Nicolás Valle y Roger Escapa Conflicto Interior TV3

Nicolás Valle con Roger Escapa en 'Conflicte Interior' / TV3

Valle estuvo hace 20 años en Afganistán cubriendo la guerra contra los talibanes y la búsqueda de Osama Bin Laden, y ha vuelto hace pocas semanas con el abandono de las fuerzas occidentales del país y la vuelta al poder del régimen. Un viaje que despertaba fantasmas de todo tipo. Los que menos conocíamos, los de índole personal. "La Guerra de Afganistan es la guerra de mi vida. Hace 20 años era joven, era padre por primera vez, había vivido un cambio radical en mi vida. Y acabábamos de vivir un cambio radical en la geopolítica con el ataque a las Torres Gemelas. Tenía claro que el mundo sería peor. Lo que no sabía es que era el preámbulo de que mi vida también sería peor". Dos décadas más tarde Nicolás ha vuelto a ser padre de una criatura. Y ha tenido que volver a aquel país, temiendo si volvía a poner su vida patas arriba. "Sufriendo por si me perdería su primer cumpleaños, su primera Navidad, como pasó en aquella ocasión".

Nicolás Valle trinchera Afganistàn TV3

Nicolás Valle en Afganistán / TV3

El extremeño, acompañado por otros grandes de la comunicación como Txell Feixas, Manel Alías, Alba Sotorra, Joan Roura o David Fontseca, recuerda cómo eran las llamadas a casa desde el infierno: "No decía la verdad. Las conversaciones siempre eran "bien, bien, bien". Y no había ido bien. No hace falta que te secuestren o te metan una paliza. La contemplación del caos y de la destrucción no es una buena experiencia. Estas situaciones te dejan una grieta en el alma. Buscas estrategias para ir mintiendo, vas creando una red de mentiras". Una afirmación que hiela el corazón, pero no más que esta otra: "No tienes ganas de hacer una vida normal. A medio conflicto te dicen "vuelve para acá". Y eso quiere decir dejar al fixer, a las personas que te han ayudado, allí tirado en un lugar que están bombardeando. Cuando vuelves te parecen miserables las preocupaciones de aquí".

Nicolás Valle en Conflicto Interior TV3

Nicolás Valle en 'Conflicte Interior' / TV3

Enorme ejemplo de vida, de sacrificio y de preocupación por el resto del mundo. Y enorme programa el de TV3. Felicidades.