Nicolás Valle es un periodista de raza que tiene en su currículum una larga lista de experiencias profesionales de primer nivel. El extremeño se incorporó en el año 1990 a los servicios informativos de TV3, donde ha cubierto diferentes conflictos bélicos y multitud de acontecimientos de la escena internacional de las últimos décadas.
El reportero las ha visto de todos los colores y aparte de su trabajo en los medios, sus redes sociales son absolutamente imprescindibles, porque allí denuncia a menudo cosas indecentes que ve a su alrededor, más allá de los puntos conflictivos que le ha tocado tratar.
Por ejemplo, hace unos meses denunció la ocupación ilegal que sufrió en su casa hace cuatro años, una situación totalmente desagradable cuando él volvió y se encontró a unos okupas que le habían cambiado la cerradura y no pudo acceder, emplazando a sus seguidores en Twitter a no banalizar los ocupaciones: "Volver a casa. Encontrar la cerradura cambiada. Entrar por el balcón de la vecina. Ver tus cosas empaquetadas (para vender?): los juguetes de tus hijos, los cuadros familiares, tus recuerdos, tu ropa, tus libros, tus armarios con ropa ajena... No banalicéis con las ocupaciones":
Valle se las ha tenido que ver con okupas, pero también con la Guardia Civil. En pleno confinamiento, una usuaria denunció el lamentable trato recibido por una pareja de agentes cuando fue a comprar a un súper.
Valle se solidarizó con ella y le dijo que "Si te sirve de consuelo, impotencia es que te detengan y te metan a preventiva por no devolver un saludo a un Guardia Civil. Que te saquen la prorroga de estudios, que la policía militar te acose, que estés pendiente de juicio hasta los 34 años por un 'delito' cometido en los 18":
Ahora, Valle ha constatado que su peculiar santísima trinidad de colectivos que ha tenido que sufrir incluye una tercera pata. Okupas, la Benemérita y los turistas. Un pim, pam, pum de tocar lo que no suena, debe pensar el bueno de Valle.
El reportero acaba de publicar unas imágenes indecentes que seguro que no son las únicas que lamentablemente estos días se habrán visto por el territorio. ¿Pandemia? La que tengo aquí colgada, debe pensar un tipo determinado de turismo que viene a nuestro país y sigue haciendo lo que les sale del moño como si aquí hubiera veda abierta para fastidiar a los vecinos, para destrozar lo que no es suyo.
Por mucha pandemia que haya habido, muchos turistas siguen pensando que ellos, se cagan y se mean en las restricciones y en el respeto al prójimo. Literalmente, cómo ha demostrado el periodista de TV3.
Valle ha mostrado un pequeño ejemplo del intolerable comportamiento de un turismo que no es ya que sea de low cost, sino directamente, como él dice, "turismo lumpen", como el que hay este agosto en su bloque de pisos.
Explica que ayer hubo "fiestón en el ático", con "gritos hasta las 5:20 am. Increpaciones a los vecinos. Los cristales de la portería han aparecido rotos por la mañana. Hace una hora, en el 1.º piso, música a todo trapo y meando sobre las plantas del patio". Y para muestra, este vídeo que ha grabado él mismo:
Este agosto en el bloque|bloc.
— Nicolás Valle (@NicolasValle) Augusto 20, 2021
Ayer, en el ático, fiestassa y gritos hasta las 5:20 am. Increpaciones al vecinos.
Los vidrios|cristales de la portería han aparecido rotos por la mañana.
Hace una hora, en el 1.º piso, música a todo trapo y haciendo chupe sobre las plantas del patín.
No es Turismo Low Cost. Es turismo lumpen pic.twitter.com/CDzXNbPBP5
Indecente. Ya basta. Hartos. Que alguien ponga remedio. Entendemos la indignación de Valle.