La Gala de los Oscar se llenó de belleza, talento, joyas, trajes imposibles y mucho, mucho bótox. Cada vez son más las estrellas que se inyectan ácido hialurónico de cara a la gran fiesta del Cine. Algunos no ponen un pie para no ser juzgados, como Tom Cruise, o para no encontrarse con que su ex está mejor que él, como Tom Cruise. Nicole Kidman, exmujer de Cruise, es de las pocas actrices que han entendido de siempre que la fiesta de los Oscars es imprescindible. Los fans desean ver a sus admirados de la gran pantalla y desdichadamente cada vez van menos. La Kidman siempre ha entendido que se tiene que estar y este año ha decidido estar mejor que nunca. Camino de los 60 años, a sus 55 se ha dejado la cara sin ninguna arruga pero de una manera aseada, sin aquellas caras infladas operadas de Letizia, Rania de Jordania o Demi Moore de pómulos exagerados y piel estirada. ¿La mejor de la gala? Nicole que antes era de una manera y ahora es espectacular:

NICOLE KIDMAN ANTES DE LOS OSCAR:

Nicole Kidman Oscar GTRES
Nicole Kidman en febrero de 2023 / GTRES

NICOLE KIDMAN EN LOS OSCARS:

Nicole Kidman mellar 2023 GTRES
Nicole Kidman en los Oscars 2023 / GTRES
Nicole Kidman Oscar 2023 EFE
Nicole Kidman en los Oscars 2023 / EFE

Nicole Kidman ha hecho como su exmarido, Tom Cruise: luchar contra el paso del tiempo. En el caso de Cruise se explica porque su trabajo como actor no le exige matices. Empalma películas de action hero, héroe de acción, donde salta, dispara, desactiva bombas y reparte puñetazos. Ha hecho tantas secuelas de Misión imposible que esconde en número y les pone títulos de cosas. En cambio, Nicole es un trozo de actriz, con matices, sensible, escogiendo siempre papeles difíciles. Hace un año volvió a competir por el Oscar con Being the Ricardos contra Penélope Cruz. Nicole Kidman ya lo tiene por Las horas dónde hacía de Virginia Woolf. Allí le pusieron una prótesis nasal. Ahora va operada de serie.

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Nicole Kidman operada / GTRES

Cuesta entender por qué una tan buena actriz le tiene miedo en las arrugas. Si el guion le exige fruncir el ceño, no puede hacerlo. La naturalidad expresiva de Meryl Streep, que tiene 73 años, a años luz de la hierática Nicole. De tan rejuvenecida por el bisturí, Photoshop y filtros, es otra persona. En las promos sale delgada, con ropa juvenil, en pose de instagramer; todo OK, excepto que no es ella, sino una versión extraña de ella. Un conjunto de la marca Miu Miu, minifalda de cintura baja y un top minúsculo. Como si fuera Dulceida, Britney Spears o peor, Natalia de OT. La gran diferencia entre ir a los Oscars o ir de  promo:

Es evidente que a la revista Vanity fair se le va la mano. Nicole parecía Yo soy la Juani. Mucho mejor en la alfombra champán. La mejor. Chapeau a su cirujano. Así, sí.