Cuando se habla de la dinastía de Isabel Preysler, inmediatamente vienen a la mente nombres como Enrique Iglesias, Tamara Falcó y Ana Boyer. Sin embargo, un miembro menos conocido del clan ha comenzado a captar la atención de los medios: Alejandro Altaba Iglesias, el nieto mayor de la socialité y de Julio Iglesias, cuya discreta vida ha permanecido al margen de los focos hasta ahora. Ahora bien, lo que ha sorprendido a muchos es que, lejos de seguir una carrera en el mundo del entretenimiento o la música, ha decidido apostar por un futuro muy distinto al de sus parientes más mediáticos, aunque con cierto parecido al que eligió su abuelo. Y no, no tiene nada que ver con la música.

Aunque proviene de una familia de renombre internacional, Alejandro Altaba ha mantenido un perfil extremadamente bajo desde su nacimiento el 14 de enero de 2002 en Miami. Sus padres, Chábeli Iglesias y Christian Altaba, han sido extremadamente protectores con su privacidad, manteniéndolo alejado del constante acoso mediático. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha conocido que el joven ha optado por un camino profesional que, de manera sorprendente, lo conecta directamente con su abuelo materno: el mundo del Derecho.

Un futuro prometedor lejos de los reflectores

Alejandro actualmente cursa estudios en la American University de Washington, una prestigiosa institución donde se formará como abogado. Y aquí es donde radica la gran sorpresa: Julio Iglesias también estudió Derecho, aunque su destino lo llevó por un camino muy distinto. El legendario cantante inició la carrera en los años 60, pero debido a su ascenso a la fama, terminó obteniendo su título de forma tardía y con muchas interrupciones. De hecho, no obtuvo su título hasta el año 2001, cuando decidió cerrar ese capítulo pendiente y presentarse a los exámenes en la Universidad Complutense de Madrid. Sin embargo, a pesar de haber obtenido el título, nunca ejerció formalmente como abogado.

Un lazo inquebrantable con su abuelo materno

Más allá de compartir la misma formación académica, Alejandro Altaba también comparte otra gran pasión con su abuelo: el fútbol. Como es bien sabido, Julio Iglesias fue portero en el Real Madrid juvenil, pero su sueño de ser futbolista profesional se vio truncado tras un grave accidente automovilístico en 1963. Su rehabilitación lo llevó a descubrir la música, cambiando el rumbo de su vida para siempre.

Alejandro, aunque no ha seguido una carrera deportiva, es un apasionado del deporte rey. Fuentes cercanas aseguran que disfruta jugar y seguir el fútbol con gran interés, una afición que comparte con su legendario abuelo. Este vínculo deportivo ha fortalecido la relación entre ambos, demostrando que hay lazos familiares que son imposibles de romper. Así que, mientras su abuelo construyó un imperio en la música, el hijo de Chábeli Iglesias parece decidido a escribir su propia historia lejos del espectáculo. Con su enfoque en los estudios y su vida privada alejada del escándalo, este nieto desconocido de Isabel Preysler podría ser el miembro más enigmático del famoso clan. Sin embargo, con una familia que ha estado en el ojo del huracán por décadas, solo el tiempo dirá si logrará mantenerse en las sombras o si el destino lo llevará, como a su abuelo, a un futuro inesperado.