Emociones a flor de piel en el último 'Els meus pares' con la cantante y actriz Anna Maria Agustí, conocida por el público como Nina. Personaje principal en la serie de TV3 'Nissaga de Poder' y presentadora de los programas 'Cent anys de cançons' y 'Mania' (además de haber sido directora de la academia de 'Operación Triunfo'), la artista barcelonesa ha vuelto esta noche a la televisión pública catalana de la mano de Gemma Nierga. La periodista se ha desplazado a Lloret de Mar para entrevistar a Nina y para conocer a su madre, Anna Flores. Y hablando con ella, la presentadora gerundense ha descubierto a una mujer fuerte que las ha pasado de todos colores.

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Antes de empezar, Nina lo advierte: "Soy llorona". La intérprete y su madre comparten largas temporadas en el piso que tiene en Barcelona, aunque Anna Flores vive en la Costa Brava. "Necesito que mi madre esté bien porque ha sufrido mucho", confiesa. Joan Agustí, el padre, murió hace ya quince años y en casa siempre lo recuerdan. Gemma Nierga mira las fotos de los álbumes familiares: la cantante en casa cuando era pequeña, de vacaciones, haciendo la primera comunión... hasta que un detalle le llama la atención. Una fotografía de Nina con su nombre entero: Anna Maria Gayete Flores. "¿Cómo Gayete?", se extraña la presentadora. "Era su padre biológico. Está muerto", contesta Anna Flores.

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"Cosas que pasan. Se enamoran de otra y la familia queda abandonada", revela Anna Flores. Y continúa: "Yo la llevaba en el vientre todavía". El padre las abandonó cuando la madre estaba embarazada de Nina y sus hermanas eran pequeñas (tenían 1 y 4 años). "Ella no ha conocido nunca a su padre verdadero. A sus hermanas las hizo sentarse en el sofá, salió con la maleta y dijo: No lloréis, el papa se va de viaje. Y así se marchó. No quiso ni que salieran a la calle a despedirlo". La madre de Nina pensaba que su padre volvería algún día. Pero eso no ocurrió.

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La cantante intenta contener las lágrimas mientras relata el infierno que sufrió su madre por culpa de este hombre: "Yo no quise saber nunca nada de él porque renunció a sus hijas y nunca ayudó a mi madre. Ahora me sale el enfado. No es tanto por mí sino por el daño que le ha hecho a mi madre".

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Pero la historia tiene un final feliz: su madre conoció a otro hombre, Joan Agustí, que trabajaba con ella en un laboratorio fotográfico y que acabaría haciendo de padre de sus hijas. El primer día que las fue a ver a casa, Nina no quería que se marchara. "Se le sentó en el regazo y no lo dejaba irse", recuerda Anna Flores. La cantante y sus hermanas necesitaban la figura paterna. Y él adoptó ese papel. Tanto, que Nina decidió coger su apellido cuando cumplió 18 años.

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La madre lee emocionada la carta que Nina le escribió a su padre cuando se cambió el apellido: "Espero que te guste mucho. Te lo regalo con todo mi amor. Te amo con todo mi corazón. Te echo de menos. Tu hija, Anna Mari". Y una foto de ambos con el nuevo DNI de la cantante, Anna Maria Agustí Flores.