La segunda temporada de Nit i dia ha terminado con un final de infarto, de sufrimiento. Un sufrimiento, cabe decirlo, de algún modo agradecido tras ver las caras de Sara y Víctor -este en prisión- mientras pronuncian, satisfechos, las palabras "trabajo hecho". Ambos se habían deshecho, finalmente, de las personas que les habían amargado la vida.
Antes de llegar al minuto final, sin embargo, el espectador pudo sufrir mucho, sobre todo con Sara.
La médico forense, que inicia el capítulo final cerrada en el sótano del doctor Grau, se acaba deshaciendo de él con una patada que resulta mortal. Problema resuelto, si no fuera porque unas cadenas que le cuelgan de la mano derecha le impiden escaparse.
Después de cinco días encerrada, y ya en una situación límite, toma la drástica decisión de cortarse el dedo gordo, para intentar liberar su mano. Lo consigue, pero mientras la afectada grita de dolor y el espectador a duras penas puede mirar a pantalla:
Este ha sido uno de los momentos del último capítulo, pero no el único. El asesinato de Martí Miró a manos de Víctor -el político abusó sexualmente y mató a su hijo Kevin hace 25 años- ha dejado a cuadros a la audiencia, mientras se podía ver a la malvada Joana llorando a lágrima viva la muerte de su marido:
Más allá de los momentos de infarto, el último capítulo de Nit i Dia también ha servido para dar una lección -intencionada o no- sobre corrupción política. Una vez salen a la luz las irregularidades de Martí Miró, él y su mujer se tienen que ir de un restaurante por culpa de la presión ciudadana. La serie, a través de su Twitter oficial, preguntaba a los usuarios si harían lo mismo en un caso real:
Entre corruptelas, asesinatos y encarcelamientos ha acabado la segunda temporada de Nit i Dia batiendo su segundo récord de la temporada: un 15,1% de share, sólo por debajo del primer capítulo, que llegó al 16,1%. La serie ya prepara su tercera temporada que, como en el caso de Merlí, muy probablemente será la última.