Hace dos años, Shakira y Gerard Piqué anunciaron su separación tras 12 años de relación y dos hijos, Milan y Sasha. En un principio, los motivos de esta decisión eran desconocidos. Sin embargo, luego se supo que Shakira descubrió, supuestamente gracias a un tarro de mermelada (una versión muy difundida en los medios), que el ex futbolista del FC Barcelona le habría sido infiel con Clara Chía, su actual pareja. Ante esta traición amorosa y sin poder continuar compartiendo el mismo espacio con su expareja, Shakira decidió refugiarse en una lujosa casa en Cantabria para encontrar un poco de paz en medio de esta dolorosa situación. Así, lejos del bullicio de Barcelona y los titulares sensacionalistas, la artista encontró un oasis de tranquilidad en "La Gaviota", una exclusiva villa en Cantabria que se convirtió en su santuario temporal.

Ubicada en el corazón del Parque Natural de Oyambre, "La Gaviota" se alza como un testimonio de lujo discreto y conexión con la naturaleza. Esta propiedad, con un costo de alquiler de aproximadamente 2.300 euros por día, ofrece mucho más que simple ostentación. Con acceso privado a la playa de Oyambre, cerca de San Vicente de la Barquera, la villa se convierte en un portal hacia la serenidad, donde el murmullo de las olas sustituyó el ruido mediático que rodeaba a la cantante.

Refugio de serenidad: la arquitectura y diseño de "La Gaviota"

La arquitectura y el diseño interior de "La Gaviota" parecen haber sido concebidos para calmar espíritus atormentados. Paredes blancas que reflejan la luz del Cantábrico, combinadas con textiles y materiales naturales, crean una atmósfera de paz que sin duda ayudó a Shakira a encontrar un respiro en medio de la tormenta emocional que atravesaba. Más allá de su belleza estética, "La Gaviota" se distingue por ofrecer experiencias que trascienden el concepto tradicional de lujo.

La presencia de un chef con estrella Michelin no solo garantiza exquisiteces culinarias, sino que también simboliza un cuidado integral del huésped. El director de la escuela 'Oyambre Surf', Rubén Gutiérrez, por su parte, invita a una reconexión con el mar y con uno mismo, ofreciendo una terapia alternativa a través del deporte y la naturaleza. Asimismo, un encantador jardín con áreas de descanso, accesible desde la cocina o a través de un porche con comedor, alberga un huerto ecológico donde los residentes pueden cosechar productos frescos.

Un oasis para la reconexión familiar

La villa, equipada con ocho baños, siete suites y un dormitorio con seis literas, tiene capacidad para alojar hasta 18 personas, convirtiéndose en el escenario ideal para que Shakira y sus hijos, Milan y Sasha, encontraran un espacio de sanación familiar. En la planta baja, se encuentran la zona de servicio y los dormitorios para los más jóvenes, mientras que las habitaciones dobles están situadas en la planta principal y en el ático.

Estas últimas cuentan con ventanas oscilobatientes en el techo, ofreciendo impresionantes vistas: algunas hacia la playa, otras hacia los acantilados y el jardín. Cada vista es un espectáculo por sí misma. En los días despejados, incluso se pueden ver los Picos de Europa en el horizonte. Para Shakira, esta escapada a Cantabria representó mucho más que unas simples vacaciones de lujo. Fue un paréntesis necesario en un momento de vulnerabilidad, un espacio donde pudo refugiarse del escrutinio público y encontrar la fuerza para reinventarse.