Purificación Martín Aguilera vuelve a nuestras vidas. Todo el mundo la conoce popularmente como Norma Duval, una de las vedettes más famosas del Estado desde finales de los años 70, actuando incluso en el mítico Folies Bergère de París en 1980. Ha hecho películas de destape, ha presentado programas de televisión, ha sido un personaje del cotilleo muy solicitado. De todo. Fenomenal. Nadie le quitará sus méritos, éxitos ni fracasos, son propiedad suya y de nadie más. Ahora bien, quizás no debería ir tan sobrada por la vida, porque algunas comparaciones son... lo que son. Norma hace tiempo que se dedica a ocupaciones alejadas del gran circo mediático, excepto algunas incursiones en concursos como 'Mask Singer' o invitaciones en programas de televisión. El último ha sido 'La Noche D' en La 1, presentado por Eva Soriano. Un programa en el que el tema central era la mentira. Ni los mejores guionistas se imaginaban de qué forma habían acertado con el título.
La conversación, evidentemente, repasó la trayectoria de Duval. Y con todo el respeto del mundo, se podría pensar que aparte de cantar (así-así), de bailar (bastante mejor) y especialmente, demostrar desenvoltura sobre un escenario rompiendo esquemas y cerebros de la época, la nacida en Barcelona había inventado la rueda, el tocadiscos y el motor de combustión. Ella lo hizo primero, y punto. Y mejor, claro. Una percepción de sí misma muy bien pagada y que su autoestima agradecerá. Otra cosa es que los teleespectadores que seguían la emisión no pensaran en casa que quizás había perdido el juicio. Que vive en una fantasía. Todo al hablar de dos figuras de la canción (y catalanas) que arrasan. Una, a nivel galáctico, Rosalia. La otra, en la categoría eurovisiva de momento, Chanel Terrero.
Duval se metió en un jardín cuando la presentadora quería hacer una semblanza entre las artistas antes mencionadas y la invitada de la noche. "Nuevas vedettes", les llamaba Soriano, que incluía a otra megaestrella como Beyoncé en el pack. Quizás somos unos ignorantes, pero decir que Norma y estas tres artistas juegan al mismo juego y en la misma división es... atrevido. Que sí, que hay música, baile, coreografías, diseños de vestuario arriesgados y provocativos. ¿Y qué más? Bueno... público, focos en el techo, suelo bajo los pies y oxígeno para respirar. Poca cosa más tienen en común. Pero no para la protagonista en TVE, que afirmó sin despeinarse que todo eso que hacen Rosi y Chanel ya lo había hecho ella. "Eso ya lo he llevado yo, cariño," decía pretenciosa. What???
Norma se refería sólo al vestuario, pero tampoco hizo grandes esfuerzos en matizar su afirmación. Sólo reculó un poco cuando aseguró que siente un gran respeto y admiración por las dos, que son muy buenas, con talento, y tal. Pero el "eso ya lo he llevado yo, cariño" la había retratado con precisión. No sabríamos decir si hace falta o no que le enviemos una pequeña aclaración a la vedette, pero por si acaso que repase las cifras de reproducciones de Rosalia y quizás se de cuenta de la pasada de frenada ella solita. Incluso le diríamos que no es sólo una cuestión de "cuánto", sino de "cómo". Si ella rompió esquemas, la de Sant Esteve Sesrovires los ha volatilizado. Y en cuanto a Chanel, lo que ha enseñado hasta ahora es madera y de la buena. Quizás todavía es temprano para juzgarla, pero una tercera posición en Eurovisión no es como para menospreciarla.
Se puede ser muy grande y no dejar nunca de ser humilde, respetuosa y mesurada. Y se puede ser todo lo contrario, también. ¿En qué grupo ponemos a Norma? Que cada uno haga lo que considere oportuno, justo y juicioso.