Durante un tiempo de nuestras vidas, David Meca estaba en todas las salsas. No sólo por su vertiente principal, la de nadador, sino también porque era muy habitual verlo en infinidad de programas de televisión, como invitado, concursante o cosas por el estilo. Su carácter afable, su permanente sonrisa, su buen rollo natural lo hacían un personaje televisivo ideal. Pero poco a poco fue perdiendo presencia mediática. El de Sabadell, a sus 48 años, tiene el honor de haber sido uno de los más importantes en aguas abiertas y larga distancia, y son incontables los retos que siempre se proponía: nadar desde la prisión de Alcatraz hasta la bahía de San Francisco con grilletes, temperaturas extremas de frío y tiburones, hacer el Estrecho de Gibraltar, quedarse a las puertas de hacer todo el Lago Ness, cruzar el canal de la Mancha y un largo etcétera. Él solo, su bañadorcito, las gafas de agua y el mar. No necesitaba nada más.
De un tiempo a esta parte desapareció del mapa. Alejado de la competición desde hace unos años, también ha dejado un poco de lado los focos y las cámaras, pero no su pasión por los nuevos retos profesionales. Si antes Meca se encontraba nadando como pez en el agua, y nunca mejor dicho, ahora ha encontrado unas nuevas motivaciones que lo llenan tanto o más que nadar rodeado de peces y de olas camino del horizonte. Ahora va vestido, o va más vestido que antes, luce americana y camisa y si antes se pasaba horas en silencio, él solo y sus pensamientos en medio del mar, ahora necesita hablar ante una audiencia que lo escuche. Porque una de las facetas actuales profesionales de Meca es hacer de coach.
Coaching motivacional
Con su experiencia y su afán de superarse cada día y afrontar los retos, no sólo de un deporte tan duro como el suyo, sino también por una infancia complicada, hace charlas donde explica cosas como "Yo con cinco años ya empecé a nadar y con ocho me levantaba a las cinco y veinte de la mañana para ir a nadar y yo lloraba y lloraba, porque no quería. El agua para mí ha sido mi obligación de pequeño, mi trabajo y lo que luego me ha hecho tener todo lo que tengo, en valores y en forma de ser. Me ha dado todo lo que tengo", según destaca El español.
No es lo único a lo que se dedica ahora David Meca. La otra vertiente profesional que hace ahora es más sorprendente: la arquitectura, carrera que estudió en los Estados Unidos. Tiene una empresa de construcción en Madrid, con la cual hace sus proyectos, empezando por reformar su casa, un ático de la Gran Vía de Madrid lleno de tonos blancos, espacioso y con vistas espectaculares.
Hablando de casas, para los que no lo recuerden, un día Meca reveló un hecho curiosísimo: le alquiló a Shakira su mansión de Bellaterra. Una enorme finca que se convirtió en el centro de todas las miradas, pues en aquellos tiempos la colombiana mantenía dos relaciones paralelas: una con su ex, Antonio de la Rua, y otra con Gerard Piqué.:"Las personas del servicio sabían que Piqué había estado en casa cuando lavaban la ropa y veían sus calzoncillos porque eran muy bonitos"... Sensacional. Meca también recordaba que un día, su padre, que ya murió, se encontró a la cantante completamente desnuda. "Creo que para él fue el mejor momento de su vida", remató el nadador.