Xavi Hernández ya lleva unos cuantos días siendo la persona más feliz de Catalunya. El de Terrassa ya lleva dos partidos como nuevo técnico del club de su vida, un Barça a quien espera hacer devolver las sonrisas de los aficionados con su trabajo desde los banquillos.
De momento, victoria contra el Espanyol y un empate contra el Benfica, los dos partidos en el Camp Nou, que dejan avistar rayos de esperanza en la culerada. No tanto por los resultados (el equipo se tendrá que jugar la clasificación para los octavos de final de la Champions en campo del temible Bayern de Munich), ni por los goles marcados (uno de penal en dos partidos), sino porque ahora los aficionados empiezan a reconocer a su equipo: jóvenes con ambición y talento, ganas, presión, posesión, extremos abiertos y una clara demostración de qué quiere conseguir Xavi de su equipo.
Lo más importante: el optimismo que ha conseguido generar, en sólo cuatro días, el técnico del Barça a los seguidores. Era impensable con Koeman en el banquillo que hoy en día, un porcentaje elevadísimo de culés pensara que se puede ir a Munich a ganar. Pero el de Terrassa no para de dar motivos para creer en él.
Xavi no ha hecho más que trabajar desde que aterrizó en Barcelona procedente de Qatar. Él y su familia han vuelto a casa, donde siempre han querido volver, y no se los puede ver más felices a él, a su mujer, Núria Cunillera, y a sus dos hijos, un Dan y una Àsia que ya disfrutaron de un rato jugando en el césped del Camp Nou con sus padres.
Este sábado toca un nuevo partido del Barça, esta vez, visita al siempre difícil estadio de La Cerámica, el campo del Vilarreal, donde el equipo tratará de conseguir una nueva victoria en Liga. Pero antes de volver al trabajo, el entrenador del Barça y su pareja han disfrutado de un rato de relax, de no pensar en nada, de pasar un muy buen rato, cosa que ya se merecían tanto el uno como el otro.
Después de días y días repasando tácticas, charlando con sus jugadores, haciendo sesiones de vídeos, entrenamientos y cosas que corregir, tocaba dejar aparcada la pelota y cambiar el asiento del banquillo del Camp Nou por una butaca en un teatro. La del Teatro Borràs, donde actuaba el gran (y culé) Carles Sans con su espectáculo Per fi sol!.
Xavi y Núria Cunillera se lo han pasado de fábula, riéndose con el show de un genio como el de El Tricicle, aquí en solitario. Pero Xavi y Núria no estuvieron solos en el teatro, con respecto a celebrities: Carles Puyol y Vanesa Lorenzo, Martina Klein con Àlex Corretja, Ona Carbonell... Un grupo de famosos, todos ellos muy culés, acompañaron a un exultante Carles Sans.
Núria ha inmortalizado la noche que pasaron con una foto de ella y Xavi antes de empezar y una frase que lo dice todo, que explica las ganas locas de desconectar que tenían después de una llegada intensa donde Xavi ha trabajado 24/7: "Gracias por hacernos pasar tan buen rato. Lo necesitábamos"!:
Per fi sol!, se llama el espectáculo... El que no está solo es Xavi. No sólo porque su querida Núria siempre lo acompañará, sino porque todos los culés creemos y confiamos en él al cien por cien.