Los espectadores catalanes que ya tenemos una edad seguro que recuerdan una sintonía donde salía un chico cantando, con voz de buen rollo: "Neighbours, everybody needs good neighbours, with a little understanding, you can find the perfect blend. Neighbours, should be there for one another. That's when good neighbours become good friends".
Era la sintonía de la serie australiana que hizo fortuna hace unas décadas en los televisores catalanes, Vecinos. Su traducción dice: "Vecinos, todo el mundo necesita buenos vecinos, con un poco de comprensión, podéis encontrar la mezcla perfecta. Vecinos, tendrían que estar allí los unos para los otros. Es entonces cuando los buenos vecinos se convierten en buenos amigos"...
Núria Marín se mea en estas buenas palabras de aquella sintonía mítica. Como mínimo, uno de sus vecinos seguro que no se convertirá nunca en un buen amigo. Todo lo contrario. Como mínimo, mientras siga haciendo lo que le venga en gana, pasando de respetar el descanso de los otros.
Seguro que muchos se han encontrado con que en su bloque de pisos, hay algunos insolidarios que hacen lo que les sale del moño, porque yo lo valgo, pasando de consideraciones hacia sus vecinos o de respetar los mínimos de convivencia. Fiestas hasta altas horas de la madrugada, jaleo, mover muebles a las tantas de la noche y un largo etcétera de ruido desagradables mientras tú intentas dormir o leer tranquilamente en tu casa.
Pero hay muchos a quien les tendríamos que recordar que no sólo tocan las narices por las noches. No por mucho madrugar y levantarse muy temprano, como decía Pep Guardiola, tienes carta blanca para hacer lo que te salga de las narices. Como acaba de comprobar la presentadora catalana de Telecinco.
Núria ha hecho saber a sus seguidores en redes qué le ha pasado esta mañana del domingo cuando ella todavía estaba en la cama. Y les bien aseguramos que la cara que ha puesto era muy diferente de esta que ven, sonriente y estupenda. Cuando todavía no sacaba la nariz por encima del edredón, y más, en una mañana gélida como la de hoy, Marín ha abierto los ojos por culpa de un ruido indecente... a las 7 de la mañana.
¿Cuál? Ni más ni menos que una "lavadora/nave espacial", como especifica ella. Una lavadora que a juzgar por la definición, debe ser de aquellas que parece que esté a punto de alzarse una nave desde Houston hacia el espacio.
Está muy bien querer ahorrar, y más, tal y como está el precio de la luz. Está muy bien poner aparatos eléctricos el fin de semana porque es más económico. Pero entre poco y demasiado...
Ya que el vecino/a madruga tanto, seguro que se va a dormir temprano... Desde aquí emplazamos a Núria a ponerse un concierto de Sepultura esta medianoche, a todo trapo, y con los bafles enfocados hacia la pared del vecino... O jugamos todos o ninguno.