Núria Picas es todo un ejemplo de vida sana, comprometida y proactiva. La ultracorredora de montaña, campeona del mundo de su especialidad y Cruz de Sant Jordi, dio el salto a la política en 2019, entrando como diputada al Parlament de Catalunya sustituyendo a Oriol Junqueras, encarcelado por el Tribunal Supremo. La de Manresa siempre se ha caracterizado por su defensa de la nación catalana, de la libertad de los presos y del independentismo. Siempre atenta a la actualidad, opina con contundencia e ironía. Y muy a menudo acierta de lleno. Por eso la suya es una voz respetada y valorada por miles de catalanes.
Picas desprende alegría, buen humor y optimismo, y acaba de demostrarlo con una fotografía muy particular, mofándose de las teorías conspiranoicas de los negacionistas del coronavirus y antivacunas. Núria, de 44 años, recibió su primera dosis de Pfizer el lunes, y afortunadamente no ha sufrido efecto secundarios. Se encuentra perfectamente e incluso ya ha cogido la bicicleta para hacer un montón de kilómetros por el territorio. Bueno, eso de que no ha tenido efectos secundarios no es del todo cierto: mirando la instantánea se puede pensar que es una de las millones de personas que aseguran que las vacunas provocan la magnetización del cuerpo humano. Vaya, que después del pinchazo se sufre una transformación misteriosa en imán humano. Ya saben, la sandez de que el remedio lleva restos metálicos y que es una de las derivadas del 5G y el afán de Bill Gates por controlar la humanidad, y bla bla bla. Evidentemente, se trata de una broma, pero tienes que mirar la foto dos veces, e incluso así acabas dudando. Este es el documento.
Si con la primera inyección Núria lleva cucharillas enganchadas al brazo, veremos que pasa con la segunda. ¡Qué miedo!