Parece que Nuria Roca se comerá los turrones en La Sexta. Que las notas de su curso en 'La Roca' sean mediocres no evitará que celebre la Navidad desde su magazín de los domingos. Una cosa le tenemos que reconocer a la valenciana: es constante. Mantiene la línea. El 4 es su número favorito. El 4%. Excepto en un par de ocasiones que se quedó por debajo de este dígito, su espacio de 4 horas y media siempre sobrevuela el mismo dato de audiencia. Ayer un 4'3%, clavando el suficiente raspado en comparación con lo que hizo toda la cadena. Salvando los muebles.
Roca sigue intentando hacer lo imposible por mejorar, pero sus esfuerzos son infructuosos. Ni el rey de Atresmedia, Roberto Leal, alteró su realidad semanal. Pero claro, es que después utilizó el comodín de La Sexta y los espectadores huyeron por patas: Miguel Ángel Revilla. Sí, vale, hace tiempo que no vemos al presidente de Cantabria en 'La Sexta Noche', pero como ya había salido tantas veces es como si nunca se hubiera marchado de la pantalla. Sencillamente no interesa. Suena a disco rayado.
Ahora bien, la presentadora sí que hizo una cosa excepcional durante la última emisión: molestarse en directo por el tuit de una internauta con 375 seguidores. Con todo el respeto del mundo, una líder de opinión, sin duda. La historia viene de un par de semanas atrás, cuando Roca explicó una anécdota con las figuras de un belén que había comprado. Eran particulares: todas ellas eran gordas. Y dijo que "eran feísimas" y que las acabó tirando a la basura porque misteriosamente se habían roto. La mencionada tuitera, con la piel finita, la acusó de "gordofobia", acumulando 2 'likes'. Guau. Suficiente para Roca y su marido Juan del Val, que se abalanzaron sobre ella.
Del Vale abría fuego: "Eso no se puede decir, pareces nueva", recordando el episodio. Y Roca mejoraba, o eso pensó, la situación: "Mi belén de gordos era muy feo, con unas figuras horrorosas. No tiene ningún sentido un Belén de gordos. Intentaré rescatar una foto pero es que eran horrorosas". Seguro que la internauta no las podrá ver porque es posible que la haya bloqueado, una reacción que últimamente está poniendo en práctica. Sea como sea, faltaba el comentario de calidad de su marido para completar el escenita: "Son gente que está amargada". Exactamente no sabemos contra quién iba, pero que cada uno saque sus conclusiones.
La cosa podría haber acabado muy mal, con un efecto Streisand de manual: eso de hacer relevante lo irrelevante. Pero ni siquiera así. Un 4% es lo que tiene.