'La Roca' se deshace. Y a un ritmo muy acelerado. Nuria Roca lleva sólo dos programas en La Sexta y ya marca tendencia: a la baja. La sustituta de Cristina Pardo está haciendo buena a la navarra, ahora haciendo tándem con Iñaki López en el 'Mas Vale Tarde'. El 'Liarla Pardo' perdía fuelle tras 4 temporadas, pero su cuota media casi doblaba los registros de la valenciana y ex (efímera y polémica) de TV3. Si el primer día, en el que se llevó una bronca en directo por parte de Mercedes Milá, el 'share' era flojo, un 4'6%, 7 días más tarde el barco se hunde en las profundidades abisales: un 3,7%. Se ha dejado un punto por el camino de los pocos que tenía. El futuro es oscuro, seamos sinceros.
Y es que las sensaciones cuando ves el programa fueron las mismas del estreno: el regusto a 'dèjá vu' constante, de tragarte eso que tenías medio olvidado en la nevera, aburrido y sin chispa. Todo eso que choca con las ínfulas de Nuria y compañía, que venden un pescado supuestamente fresco y vigoroso. Nada. Está muy visto, y las únicas novedades que pueden tener gracia no funcionan. Ni el guionista expulsado de TVE por el rótulo de Leonor y Juan Carlos, Bernat Barrachina, ni la actriz Antonia San Juan, ni todavía menos la última incorporación: un VIP español, aristócrata y normalmente, con mucha mala leche hacia la prensa y los medios. Siempre que, claro está, no pases por caja, como están haciendo en Atresmedia. Hablamos de Cayetano Martínez de Irujo.
Roca y compañía pensaron que era una gran idea llevar al hermano del Duque de Alba e hijo de la difunta Cayetana a participar de los temas de debate como un tertuliano más. Que su visión de los problemas reales de la ciudadanía podría aportar luz, soluciones o, sencillamente, entretener a sus teleespectadores. Incluso albergaban la esperanza de que su estampa haría crecer a la familia de 'La Roca'. Un espejismo, así de claro. Lo que si consiguieron fue dejar a la audiencia petrificada al escucharlo hablar de la subida abusiva del precio de la electricidad, o la situación de los alquileres en el Estado español, haciendo mención evidentemente a la ocupación de viviendas. También opinó sobre el polémico videoclip de C. Tangana y Nancy Peluso en la catedral de Toledo. Un disparate que hubiera pasado desapercibido, como demuestran los datos de seguimiento, si no fuera porque existen las redes sociales.
Los y las internautas no tuvieron piedad, a pesar de haberle oído explicando sus problemas de salud. Lo encontraron indignante en todos los sentidos imaginables, y dejaron constancia de ello. A Nuria Roca hoy le pitan los oídos que haría bien de ir al otorrinolaringólogo. A Cayetano le da igual: si no vuelve la próxima semana ya le va bien, más tiempo libre para hacer aquello que haga el señor. Seguro que no es leer Twitter, porque se pondría de mala luna.
Ni la sonrisa forzada de Roca, ni el gesto sobradete de su marido Juan del Val, ni siquiera el rictus inquietante del descendiente de los Alba pueden esconder la realidad: esto no tiene buena cara. Le quedan "dos telediarios", literalmente.