Buenas y malas noticias para Nuria Roca: la positiva y de la que nos alegramos mucho es que ha superado el coronavirus. La valenciana se contagió de la maldita enfermedad y tuvo que aislarse y guardar cuarentena. Un trance que, evidentemente, la obligó a no poder presentar su magazín semanal en La Sexta. Bueno, a eso y a echar de casa a su marido, Juan Del Val, evitando así que el madrileño se expusiera a la infección y a una posible baja del espacio de los domingos por la tarde. Del Val era la bala en la recámara que le quedaba a la cadena de Atresmedia para solucionar la ausencia de Nuria de la forma más sencilla: pasaba de tertuliano a conductor del larguísimo programa de 4 horas y media.
Juan cumplió el expediente de la mejor manera que supo, igualando los resultados de su mujer una semana atrás. Eso sí, Roca tuvo presencia durante la emisión gracias a una especie de matrimoniada a través de hologramas y videoconferencias, vigilándolo de cerca desde su casa. Ayer representaron otra, y como todo lo que se repite, cansa. La emisión dejó un marcador ajustadísimo: 4'1% para Del Val por el 4'2% de Nuria siete días antes. Un empate técnico que si bien no hacía saltar de alegría a los programadores de La Sexta, sí que evitaba un pequeño cisma familiar y doméstico. La fiesta en paz, que no es poca cosa.
Una vez restablecida de la covid, Nuria Roca volvía a hacerse cargo del espacio que lleva su nombre. Y aquí es donde llegan las malas noticias: parece que nadie la esperaba como agua de mayo. Bien, ni como agua de mayo ni con una bolsa de pipas. Nada. El silencio. Una durísima competición con La 2 por ver qué canal es más irrelevante los domingos por la tarde: si los documentales de naturaleza de la pública o el desfile de temas y personajes diversos de La Sexta. Ayer, por ejemplo, se quisieron subir al carro del Benidorm Fest invitando a Karina y Máximo Huerta, al de la cruzada contra el ministro Garzón con el presidente manchego (y catalanófobo de pura cepa) Emiliano García Page, aparte de una entrevista a Antonio Orozco y una conexión con Toni Nadal, tío y exentrenador de Rafa Nadal, triunfador en el Open de Australia. En 'La Roca' no funciona nada. Dramático.
El dato que hace temblar a Roca y compañía no admite discusión: mínimo histórico con un 3'6% de la audiencia. Dos veces había marcado un 3'7%, pero siempre se mueve algo por encima del 4%. Curiosamente, Roca se estrellaba en una tarde sin fútbol, que siempre hace daño. La noticia positiva, aunque quizás Nuria no lo vea así por razones obvias, es que en Catalunya ha consolidado el número de espectadores: un 3'1%. Espera que todavía pedirá volver a TV3. O no.
'La Roca' es una cruz muy pesada. Quizás se ahorrarían disgustos y mala leche dejándola aparcada en el parking de Atresmedia y probar suerte con otra propuesta. Pero las semanas pasan, los presentadores también, y todo continúa igual.