Olga Moreno ha hecho saltar la banca en Telecinco. Se acaba de embolsar los 200.000 euros del premio como ganadora de 'Supervivientes'. Un triunfo definitivo y contra todo pronóstico. O no, dependiendo de a quién le pidas opinión. Porque si el reality siempre está bajo sospecha, con acusaciones de 'tongo' al considerar que se favorece a los concursantes más mediáticos, la edición de 2021 ha disparado esta teoría hasta el extremo. El clamor procede, claro, de los seguidores de Rocío Carrasco, que han recibido una bofetada muy dolorosa al ver la victoria de su enemiga. La realidad, sin embargo, es que no han votado lo suficiente para evitar un desenlace que supone una humillación infinita para Rociíto: especialmente al ver a sus dos hijos, Rocío y David, celebrando eufóricos en el plató de "su" cadena.
Antes, eso sí, Olga (acusada de hacer trampas, de utilizar el conflicto con la exmujer de su marido Antonio David e incluso de tener el apoyo de altos cargos de Mediaset) sufrió de lo lindo para deshacerse de sus rivales. Los votos de la audiencia y de su legión de simpatizantes fueron fundamentales. Primero para echar a la leonesa Lola Mencía. Después, al perder la prueba que daba acceso directo a la final, quedaba nominada. La rival era la catalana Melyssa Pinto, una de las grandes favoritas. También superó este duelo, accediendo a la votación final contra el italiano Gianmarco Onestini. 'Pan comido', vaya. Y así fue. Carlos Sobera la proclamaba como campeona y empezaba el baile.
Baile que era diferente para unos y otros. Olga recibía la felicitación de una Rocío Floras exultante. Su presencia era comprensible por dos razones: por haber sido una de sus defensoras durante los debates, y sobre todo por la ausencia de Jorge Javier Vázquez al frente de la gala. Lo que nadie se esperaba era que le acompañara David, el hijo menor, un joven con capacidades especiales y que sufre el Síndrome de Angelman. Al verlo, Moreno enloquecía. El chico, también. La escena, ante la mirada de millones de espectadores, era una cuchillada en el corazón de Rociíto. Abrazos, besos, gritos, saltos, lágrimas. Y un discurso definitivo de David a Olga, convenientemente captado por el programa: "Eres la mejor superviviente de toda la historia, lo has hecho súper bien todo. Eres la mejor persona que he conocido en mi vida. Te llamas Olga Moreno la mejor del mundo entero".
En la otro lado de la sala, del televisor y de las redes, los perdedores sacaban fuego por la boca. La ira iba contra todos, pero especialmente contra Rocío Flores, acusada de empujar a su hermano para propiciar el 'momentazo', y contra Mediaset y la productora Bulldog, señalados como cómplices de la violencia vicaria que sufre Carrasco. Curioso, claro, porque no se quejaban cuando los mismos responsables se reían de Olga humillándola al hacerle repetir la famosa frase "no tiene coño".
¿Victoria justa o una trampa de Telecinco? ¿Son los 200.000 euros el precio de Olga Moreno (y compañía) por todo este terremoto mediático, pasado, presente y futuro? Mezclar denuncia y entretenimiento nunca no puede ser la mejor vía para llegar a la verdad y a la justicia. La televisión es un negocio, que a nadie se le olvide.