Olivia Valère es un nombre que significa mucho en la noche de Marbella. La francesa, fundadora de clubs y restaurantes para VIPS y la jet-set, llegó en los años 70 en la localidad de la Costa del Sol. Se convirtió en una reina del desenfreno local, apto solamente para bolsillos llenos y nombres pomposos y rutilantes. No hay famoso que no haya pasado por algunos de sus locales.
A la Valère también la conocerán por sus incursiones televisivas. Especialmente por el 'Mujeres Ricas' de La Sexta, un reality que seguía las vidas de cinco mujeres millonarias, rodeadas de lujo y de un tipo de vida extravagante y excesivo. Olivia se convirtió en la más célebre de todas las criaturas que abrían sus casas, presentaban a sus maridos, hijos, perros, y recorrían sus vestidores rebosantes de ropa y complementos de precios prohibitivos. Tiempo después, era Cuatro quien la fichaba para hacer una entrega de 'Ven a cenar conmigo', un concurso de cocina singular con su propia versión de gente famosa. Habían pasado los años, pero su capacidad para dejarte mudo era increíble. Desgraciadamente, Olivia murió en junio de 2022 víctima de un cáncer de estómago. Tenía 75 años. Fallecía en París, lejos de su imperio andaluz. Uno que se empieza a repartir entre sus herederos, desatando una guerra. La familia, a palos. El botín es demasiado goloso.
Pues bien, la señora se marchó al otro barrio sin repartir una herencia espectacular. Explica 'El Español' que pensaba que de esta manera evitaría conflictos entre sus tres hijos, que se entenderían. Pero Carinne, Arnaud y Xavier, los dos primeros del primer matrimonio con Albert Albouhair, y el tercero del segundo con Philippe Roger, no es que no se entiendan: es que van con el cuchillo entre los dientes reclamando su trozo del pastel. Un juez de Marbella tendrá que tomar la decisión final del cómo y el cuánto le toca a cada uno. Es mucho, pero siempre insuficiente. Todos quieren más. Y más. Y más. Hacemos la lista. Alucinarán. Muchos ceros.
Casas en Marbella, fincas en Portugal, apartamentos en París, joyas como 16 anillos de piedras preciosas, obras de arte, relojes, abrigos de piel, bolsos... El inventario es espeluznante. Pero atención: su hija Carinne, quien ha presentado la demanda en la justicia y afirma que su madre le quería dejar todo el lote, sostiene que el paradero de todos estos objetos es desconocido. O mejor dicho, sospecha que su último marido, del que hacía años que estaba separada, es quien oculta todo el patrimonio. El hombre quiere chupar de su ex fallecida, cobrando una pensión de viudedad y administrando todo este legado de enorme valor, seguramente para acabar cediéndolo a su hijo Xavier. También para dar hacerle la puñeta a los primogénitos de Valère, con los que mantiene una relación nefasta. Empieza la batalla. Los ricos también lloran.