Desde el momento en el cual Orlando Bloom se sumergió en el rodaje de "Troya" (2004), una película épica basada en ‘La Ilíada’ de Homero, su entusiasmo se vio empañado por una profunda incomodidad. Aunque ya era un rostro conocido gracias a su participación en la trilogía de "El señor de los anillos" y la primera entrega de "Piratas del Caribe", el papel que le asignaron en esta nueva producción no encajaba con su visión ni con su estilo interpretativo.
Cuando recordamos "Troya", es difícil pasar por alto la actuación de Bloom como Paris, el príncipe cobarde que desencadena la guerra al llevarse a Helena, la esposa de Menelao, hermano del rey Agamenón. A diferencia de sus roles anteriores, este personaje carecía de la heroicidad y la valentía que habían caracterizado a Legolas o Will Turner. La interpretación de Bloom en "Troya" se percibía forzada y distante, alejada del realismo y la profundidad emocional que el actor solía transmitir.
El dilema de Orlando Bloom: conexión emocional vs demandas del guion
Sin embargo, la verdadera razón detrás de esta actuación incómoda solo salió a la luz mucho después, durante una entrevista con ‘Variety’. Cuando le pidieron que recordara una de sus líneas de la película, Bloom no pudo hacerlo, revelando así el impacto que esta experiencia había tenido en él. “Dios mío, 'Troya'. Vaya. Por cierto, creo que borré esa película de mi cerebro”, dijo Bloom. Y agregó: “A mucha gente le encanta esa película, pero para mí interpretar ese personaje fue como [haciendo el gesto cortarse la garganta]. ¿Se me permite decir todas estas cosas? No quería hacer la película. No quería interpretar este personaje”.
A los 26 años, Bloom se enfrentó a un dilema interno al tratar de comprender cómo dar vida a un personaje con el que no lograba conectar. La discrepancia entre sus convicciones personales y las exigencias del guión se volvió abrumadora, llevándolo a cuestionar su capacidad para interpretar a Paris. Incluso llegó al punto de dudar de su capacidad para realizar una escena crucial en la que su personaje se arrastra por el suelo, herido y humillado.
Aunque contaba con el apoyo de su equipo y compañeros, la presión de cumplir con las expectativas y las demandas de la industria cinematográfica lo llevaron a aceptar un papel que, en el fondo, no deseaba. Esta desconexión emocional se reflejó en su actuación, marcando una brecha notable entre él y el resto del elenco, compuesto por talentos de la talla de Brad Pitt, Eric Bana y Peter O'Toole.
"Troya": éxito en taquilla, pero ¿a qué precio?
“Troya" fue recibida con una mezcla de críticas que elogiaban la grandiosidad épica concebida por Wolfgang Petersen, mientras que cuestionaban las carencias emocionales y el excesivo énfasis en el atractivo físico de Brad Pitt, lo que llevó a una película desequilibrada. A pesar de su éxito en taquilla, con una recaudación global de $497 millones, la película dejó una marca más bien ambigua en algunos de sus protagonistas, como Orlando Bloom, influyendo en sus carreras de formas inesperadas y, en muchos casos, no necesariamente positivas.