El matrimonio entre Ortega Cano y Ana María Aldón ha pasado a primera línea informativa en la prensa del corazón después de que ella rompiera su silencio hace poco en una entrevista para Lecturas donde no paró de dar un titular tras otro. No se calló nada y puso en marcha el ventilador, esparciendo hacia todas partes, especialmente, contra la familia de su marido, dando a entender que nadie la quiso y la trataron de la peor manera. Si la entrevista pretendía solucionar las cosas con su marido, da la sensación que lo que ha generado ha sido un incendio. El extorero, según indican en Informalia personas próximas a la familia, "se ha llevado un grandísimo disgusto al leer la entrevista. Está fastidiadísimo y sobre todo súper triste". Ortega Cano no entiende que Aldón haya salido públicamente a atacar a su familia de esta manera y que diga que incluso estuvo a punto de quitarse la vida por culpa de ellos: "No entiende por qué lo ha hecho. No entiende por qué en las últimas semanas se ha empeñado en ir contracorriente y buscar la polémica familiar. Desaprueba completamente lo que está haciendo y este miércoles se ha llevado una gran desilusión".
Para ahogar las penas, el padre de Gloria Camila ha decidido que qué mejor que hacerse unos retoques en la cara para que le cambie el rictus de enfado. Pero la imagen que le ha quedado ha impactado a sus seguidores. Ortega Cano ha reaparecido a las puertas de su clínica de confianza, donde estuvo cinco horas por una intervención, mostrando su nuevo aspecto, hasta que haga efecto el bisturí. Lleno de moratones, con esparadrapos en las orejas y el cogote, el pelo blanco sin teñir, y un aspecto como si le hubiera pasado por encima un camión, Ortega Cano se ha hecho un injerto de cejas para repoblar de pelos esta parte de la cara, que los últimos años habían perdido frondosidad. ¿Cuánto le ha costado la broma? 2.500 euros. Lleno de bultos y de hematomas, su rostro ha impactado a todo el mundo, como Jorge Javier Vázquez. El presentador de Sálvame, al verlo, ha exclamado un sincero "¿Qué se ha hecho este señor"?. "No parece él", dice Adela González. Así ha salido después de entrar a la clínica:
Ninguna declaración del extorero a la salida del hospital, ni de cómo se encuentra, ni de hasta cuándo tendrá este aspecto desmejorado ni qué piensa de lo que ha dicho su mujer Ana María Aldón. Ella, mientras tanto, no ha podido acompañarlo a la clínica porque ha viajado hacia Barcelona. La colaboradora de Viva la vida, huyendo de todo el revuelo y la polvareda que han levantado sus declaraciones, ha aprovechado para hacer una visita gastronómico-turística y quien sabe, si también religiosa. Una visita a Montserrat, donde quizás ha encendido una vela por su matrimonio. Lo que sí ha hecho, ha sido un brindis y un festín de traca en el restaurante La Barca de Monistrol de Montserrat...
No sabemos con quién ni por qué brindó... pero seguro que el brindis no fue por la nueva cara que le ha quedado a su todavía marido. Un cuadro.