Las primeras veces siempre son especiales. Dejan huella. Cierto que, con el paso del tiempo, la memoria puede deparnos una jugarreta, difuminando los detalles de esta experiencia. Pero la esencia permanece intacta. Es lo que le pasa a Òscar Andreu: el humorista y comunicador, una de las almas de 'La Competència' de RAC1 o el 'Está Passant' de TV3 acaba de estrujar su cerebro para celebrar un aniversario muy particular: el de su bar favorito de Barcelona. Andreu, ahora hace 10 años, consiguió toda una proeza: encontrar una mesa libre en la terraza del Bar Calders, en el barrio de Sant Antoni. El establecimiento, la oferta, el entorno y el ambiente lo han convertido en uno de los lugares más solicitados.
La misma sensación de los bañistas de Torrevieja luchando por un espacio libre en la playa es la que tuvo Óscar al sentarse en el local. Y lo celebró como merecía: "Tres ensaladillas soviet, dos pizzas menorquinas, unos nachos del presidente, siete cañas, cuatro vermuts de Falset, dos cafés cortísimos, tres gin-tónics y una botella de agua con gas". Una memoria excelente y privilegiada, teniendo en cuenta el festival que se pegó hace una década. Pero claro: era la primera vez.
Andreu relata con exactitud como fue aquel mediodía en la terraza del Calders, que celebra 10 años de vida con la publicación de un fanzine especial en el que encontramos sorpresas, ofertas y textos de sus clientes más mediáticos. Óscar es uno de ellos, aunque más que un cliente, él se convirtió en un amigo de la casa. Explica una anécdota muy jugosa y que nos permite hacernos una idea de su estado de felicidad extrema: no había forma de que se marchara de allí. Lo revive con una único agujero negro en la cabeza: "No recuerdo exactamente si fue Marco o Ramon (responsables del establecimiento) quién me dijo que le sabía mal, pero que teníamos que irnos sí o sí".
La cosa se había alargado demasiado, y el personal quería marcharse a descansar. Pero tuvieron un detalle: "como deferencia al gasto que acabábamos de hacer, me dejaría una silla. Aunque, si quería, y siempre bajo mi responsabilidad, me podía quedar allí en la terraza todo el tiempo que quisiera". Explica que los dueños le dijeron "y si quieres, mañana cuando abramos, empalmas". La historia de amor quedaba sellada para siempre: "Como no tenía nada que hacer y la aplicación del tiempo de mi móvil preveía un día espectacular para el día siguiente, hice exactamente eso. Y hasta ahora, tú".
Andreu revela su secreto más oculto: nada mejor para inspirar su creatividad que la terraza de este bar. Son miles los que lo saben, y miles más los que lo descubrirán pronto... si es que encuentran 'puesto', claro. Felicidades y por muchos años más.