La noche de los Óscars fue este domingo y ganó Parásitos. El día de los Óscars, Dalmau y Andreu, es cada día. Y cada día hay polémica con la lengua catalana. Por una absurda polémica sobre la alcaldesa de Vic invitando a dirigirnos en catalán a los desconocidos. El anticatalanismo ha cogido el rábano por las hojas, Arrimadas y Cía. Nada nuevo. Hace falta la voz contenida de un òscar. Dalmau de TV3 y RAC1 lo podía decir más alto, en mayúsculas, pero no más claro:

Si un catalanohablante se dirige a un desconocido en castellano es un símbolo de 1) autoodio, 2) racismo y 3) soberbia. Todo al mismo tiempo y bien explicado por el locutor de RAC 1 que trabaja en una lengua que le hace ganar mucho menos dinero de los que cobraría haciendo un programa equivalente, líder de audiencia, en español. Su opinión va a misa. Y claro, recibirá ostias.