De pedirlo todo a pedir permiso para todo. El fenómeno Podemos se ha ido desinflando a la misma velocidad que algunas de sus exigencias se desmenuzaban. En el caso de Catalunya, primero planteaban el referéndum como una línea roja para investir a un presidente español. Ahora ya no. Y han pasado de 69 escaños en las elecciones generales del 2016 a los 43 del pasado mes de abril. ¿Pero el retroceso tiene que ver con los pasos atrás que Pablo Iglesias y compañía han dado en su programa? Algunos piensan que sí.

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Prueba de este retroceso, las últimas declaraciones del líder de la formación sobre la sentencia inminente del juicio al procés: Pablo Iglesias asegura que "todo el mundo deberá acatar la sentencia" para poder empezar "a hablar de reconciliación". Unas palabras que han hecho que más de uno se llevara las manos a la cabeza. Como el locutor de radio Òscar Andreu, que ha dejado en evidencia al dirigente de Podemos con una frase lapidaria, sarcástico porque el espíritu revolucionario del 15-M se ha ido haciendo cada vez más pequeño:

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"Sí se puede", pero sólo si nos dejan.