Ha sido la nota discordante de las cabalgatas de reyes de estas fiestas de Navidad: el episodio de furia transitoria de Melchor a su paso por Terrassa, disparando (en vez de lanzando) caramelos a los chiquillos que le esperaban con ilusión... e incredulidad. Debe ser que el exceso de trabajo le hizo enloquecer (transitoriamente), sacudiéndose el ramalazo de ira contra las criaturas de la cocapital del Vallès Occidental. Un ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta de golosinas convertidas en munición de guerra, que ha dejado pasmados a los habitantes de la ciudad, pero también a las redes sociales.

Rei Melchor Terrassa @rickyexp

Uno de los internautas (con pedigree) estremecido con la conducta del monarca navideño ha sido Òscar Andreu. El copresentador de La Competència, sin embargo, ha pasado de la sorpresa a la confirmación de un rasgo de identidad compartido por el universo monárquico: Hay reyes que pierden los estribos contra sus "súbditos". Andreu ha establecido un paralelismo hilarante, pero desgraciadamente nada desencaminado, con el rey de España, Felipe VI. "El particular 3 de octubre del Rey Melchor", ha dicho, recordando el infame discurso del jefe del estado dos días después de lo que hizo la policía nacional y la guardia civil en el referéndum del 1-O. La ocurrencia de Óscar ha endulzado el pésimo episodio.

Òscar Andreu TV3

Felipe VI discurso 3-O 2017 youtube

Alguien tendría que escribirle la carta a los reyes a los mismos reyes. Y pedirles tila, mucha tila. Si no, seguirán siendo una fábrica de republicanos. Incluso republicanos navideños.