Si algún marciano vino a Catalunya hace cuatro años, captó lo que se cocía y respiraba, tomó cuatro apuntes y se fue, y ahora, este mismo marciano vuelve a venir, lo que se encontrará, probablemente, no tenga nada que ver. Cuanto antes todo era ilusión por un objetivo, ahora todo ha quedado en un bla, bla, bla inacabable sobre mesas de diálogo o DNIs catalanes. Y quien empieza a estar un poco harto es Òscar Andreu.
El codirector de La competència de RAC1 ha verbalizado la indignación que le provoca la situación actual, y no ha ahorrado a la hora de responsabilizar a los autores de este desencanto, rehuyendo centrar las críticas en las españas y apuntando directamente a los políticos catalanes independentistas que cada día se miran en el espejo. Lo más sano y saludable es precisamente eso: ver los errores propios y asumirlos, y dejar de una vez de decir que la profe me tiene manía. Que probablemente sea así, pero si nosotros tampoco ponemos codos a la hora de estudiar, el suspenso está más que claro.
Andreu lamenta que "Otro de los efectos secundarios del retroceso-non-stop es que hemos pasado de hablar de autodeterminación, de soberanía y de un nuevo contrato social a discutir por una mesa, por un carné y por una bolsita de migajas". Y la imagen que ha escogido para ilustrar su idea no podría ser más acertada. Un gif preciso, una reproducción gráfica dolorosa de lo que está pasando, que ha recibido respuesta inmediata en la red:
Lamentablemente, en este país a veces es más fácil aprender ornitología que entender a los políticos.