La cobertura informativa de invasión y ataque de Rusia contra Ucrania ha hecho que algunos reporteros, periodistas y corresponsales pasen a formar parte del imaginario colectivo del gran público. En Catalunya, por ejemplo. Manel Alías y Lluís Caelles son dos nombres y dos rostros cotidianos para los espectadores de TV3. Alías quizás era el más popular: sus crónicas desde Rusia y su experiencia personal han sido de gran interés. En cuanto a Caelles, es el gran descubrimiento para muchos, a pesar de su dilatada experiencia. Un maestro informando desde el bando agredido que nos deja boquiabiertos y admirados. No son los únicos, claro. Sería injusto no aplaudir al resto de informadores, pero es el poder de la tele. Y de la tele pública. Es patrimonio de todos.
Ahora bien, el conflicto también ha supuesto una especie de bautizo para otros profesionales. El destacamento de TV3 en la zona en guerra también ha abierto la puerta a presentadores como Òscar Armengol, cara visible hace años del Canal 324, y que ha formado parte de la sección de Política y, actualmente, de Economía de Sant Joan Despí. Ha vivido las dos últimas semanas en Ucrania y todavía estará una mas, informando desde el terreno en una experiencia dura pero enriquecedora. El Óscar ha vivido muchas cosas, claro, pero nada comparable a una guerra. Seguramente no esperaba encontrarse en esta tesitura cuando volvía a TV3 10 meses después de sufrir una grave lesión en la rodilla, como tampoco imaginaba que en aquel paréntesis el mundo sufriría el estallido de una pandemia.
Armengol se ha integrado en el numeroso equipo de personas que hacen posible las conexiones con los servicios informativos y otros programas de la casa, como 'Els Matins' o 'Tot es mou'. Hombres y mujeres de Catalunya y Ucrania trabajando juntos y salvando el cuello cada día que pasa, buscando la manera de cumplir con su objetivo sin dejar de lado las necesidades más básicas. Por ejemplo, la alimentación. Las dificultades son grandes, pero siempre encuentran qué llevarse a la boca y continuar. O cómo es eso de hacer las crónicas... en una furgoneta en marcha. El hilo vale la pena.
Y aquí está donde emerge la figura de la cabeza|cabo|jefe de intendencia, el Marco, que, no sé en absoluto como|cómo, siempre consigue mantener la despensa bien provista, sea para una comida de pícnic o una cena en la habitación del hotel. Ahora, admitámoslo: ningún nutricionista avalaría nuestra dieta... [����7/9] pic.twitter.com/hTe2xzjYEW
— Òscar Armengol (@oscar_armengol) April 26, 2022
El tema del transporte merece su también atención: los dos vehículos de los que disponen son muy diferentes a los que pueden tener en la tele pública. Sobre todo porque están hechos trizas, encontrar recambios puede ser una odisea y, además, la conducción en una zona de guerra es diamentralmente distinta a un tranquilo paseo por la autopista. Armengol explica anécdotas jugosas, interesantes. Y se vanagloria de los compañeros de esta aventura tan particular y no exenta de peligro. A todos los que le acompañan les da las gracias y valora cada gota de sudor que se dejan por el camino.
Hoy que vuelve a ser día de viaje, esta vez de Txerníhiv en Kíiv, y que es la última semana en Ucrania, quizás es un buen momento para explicar la parte que no se ve de nuestro trabajo. Para empezar, un elemento imprescindible: los vehículos [abro fil����1/9] pic.twitter.com/Nqab6A4PZJ
— Òscar Armengol (@oscar_armengol) April 26, 2022
Ojalá no tuviéramos que hablar de guerras. Pero al menos sabemos que en Catalunya tenemos las mejores voces para explicarlas. Felicidades y adelante.