Los catalanes pueden presumir de varias cosas que los representan: comida, música, tradiciones... Pero también de presentadores en los medios de comunicación. En cualquier cadena que vemos a un periodista catalán sabemos que lo bordará, porque la mayoría que triunfa tiene un carisma único. En las televisiones españolas, por ejemplo, algunos personajes nacidos en Catalunya brillan conduciendo sus programas, pero en la emisión donde encontramos a nuestros favoritos es en TV3. La cadena catalana por excelencia es la casa de la mayoría de los periodistas preferidos de todos los catalanes y, es normal, porque todos sus programas triunfan. TV3 siempre ha intentado que la población se sienta identificada cuando mira su emisión y qué había mejor que Òscar Dalmau cuando protagonizaba 'El gran dictat'.
El presentador fue, sin duda, una de las personas que ayudó a los catalanes "a destrozar un poco menos el catalán" o al menos esta era su intención. Con su barba y las gafas características, el presentador se ha convertido en una referencia y, ahora, aunque ya no lo vemos tanto en la televisión, brilla en todo lo que protagoniza. De hecho, lo hemos visto en todas partes y, mientras ilumina a los oyentes en 'La competència' de RAC1, hace unos días estaba de enhorabuena por la publicación de un nuevo libro: "Un llibre ple de lletres". Òscar Dalmau gusta en todos los formatos y siempre da juego independientemente de cuál sea la pregunta. Hace unos días, el presentador visitó 'La Cullerada', el pódcast gastronómico de Time Out y, sabiendo todo lo que representa, se enfrentó a la decisión catalana más difícil.
Preparaos porque la pregunta es complicada y os la podéis plantear también desde casa: "Suprimir toda la música catalana, o sea que ya no se pueda sentir más, o suprimir toda la gastronomía catalana?". El presentador se queda a cuadros, pero tiene una respuesta clara: "A ver, o sea, es la supervivencia y yo sin música podría vivir, pero sin comer no. Quiero decir que...". Andreu Juanola da por hecha la respuesta, pero le aclara una duda: "Por lo tanto, ¿suprimimos música, nos quedamos con la comida? Pero podrías comer otros tipos de culturas, eh. No comerte las culturas, sino comida de otras culturas". Òscar Dalmau, en este escenario, se lo vuelve a pensar, pero no puede evitar recordar la comida catalana más representativa: "¡Ostras! Pero... ¿Pan con tomate por ejemplo? No, eh?". Nosotros tampoco podríamos vivir sin el pan con tomate.
El dilema es fantástico y es normal que haga reflexionar a un buen catalán como él. En una hipotética batalla entre los dos universos tendríamos, por un lado, a The Tyets, Oques Grasses y Manel, contra el pan con tomate, los calçots y la crema catalana. Lo sentimos, pero a nosotros, tan solo de oír el nombre de los segundos, ya nos hace ruido la barriga. Òscar Dalmau, fantástico, una vez más, que cada uno escoja la opción que quiera, pero que no se equivoque en ninguna tilde.