El Partido Popular y sus líderes y portavoces han perdido definitivamente la cabeza. Nunca han sido demasiado juiciosos, pero lo que está pasando últimamente es escalofriante. Y no, no estamos hablando de situaciones tan ridículas que parecen un show cómico de Arévalo y Bertín Osborne. Tampoco de demostraciones de catalanofobia recalcitrante, una de las marcas de la casa. Nos referimos a lo que ha pasado este sábado y que retrata al partido de la gaviota como una formación mezquina. Hacer política con el asesinato de una mujer que llevaba tres semanas desaparecida, ni más ni menos. Es la última infamia de Pablo Casado, el número 1 del PP, ejecutada en un tuit de supuesto pésame por la aparición del cadáver de Esther López, pero que no era más que la excusa para intentar arañar votos de cara a las elecciones en Castilla y León y, en un futuro, a la presidencia del Gobierno. Si Casado es el futuro de España ya tardamos en marcharnos de una vez. O al echarlo a él, que seguramente resultará más fácil.

El de Palencia vive acoquinado por el aliento de la ultra Isabel Díaz Ayuso, e intenta superarla en cada intervención pública. Lo que olvida Casado, sin embargo, es que no tiene nada que hacer contra la presidenta madrileña. Perdió este duelo hace tiempo, y no es más que un zombi al que cortarán la cabeza en el momento adecuado. Mientras tanto Pablo pasea su ignominia por todo el Estado, diciendo todo tipo de sandeces, demostrando de qué pasta está hecho. Nadie le ha dicho 'Pablo, déjalo ya', y así le van las cosas. Hace cosas como tuitear este mensaje lamentable en referencia a Esther López: "Reivindicamos la prisión permanente revisable, que quería derogar la izquierda, para evitar que reincidan estos salvajes". De juzgado de guardia. Lástima que tampoco podamos confiar en la justicia, el brazo togado de la derecha cavernícola.

El tuit horripilante de Pablo Casado / Twitter

Las reacciones no se han hecho esperar, claro. Nadie con un mínimo de decencia puede quedar impasible ante esta demostración de bajeza tan impúdica. No importa si eres de derechas, de izquierdas, indepe, apolítico o esquimal: es absolutamente reprobable. En un mundo mínimamente normal este personaje tendría que ser cancelado instantáneamente, cosa que nos hace pensar que el verdadero problema no es Casado, sino la formación que representa. Ver a su partido con los brazos cruzados arrastrando por el suelo sus siglas tendría que hacerlos reaccionar, pero ya saben: los milagros, a Lourdes. El tuit de Pablo sigue en su cuenta de Twitter a pesar del sentimiento generalizado de asco que provoca. Algunas de las réplicas al popular son vehementes y agresivas, sí, pero otras son tan elegantes como contundentes. Y le llegan desde medios afines, de su trinchera. No, no es de Federico Jiménez Losantos, que come aparte. Hablamos de una radio como Onda Cero, nada sospechosa de confraternizar con la izquierda. Destacamos la de una colaboradora de Julia Otero, Raquel Martos, que no puede decirlo mejor: "Un pésame es una muestra de RESPETO".

Raquel Martos es presentadora de La 2 y colaboradora de Julia Otero en Onda Cero / RTVE.es

Respeto, precisamente aquello que Casado no ha conocido ni conocerá nunca. Martos, que también es presentadora del programa de TVE 'El Condensador de fluzo', ha dejado esta frase sublime que entenderían incluso los niños y niñas de un jardín de infancia. Las comparaciones, claro, son odiosas. Y el líder del PP no resiste ni una. Raquel está recibiendo el apoyo de la red.

Pablo Casado provoca el rechazo de la red / Twitter

España tiene un problema: Pablo Casado / Europa Press

¿Cuál es el límite? ¿Lo conoceremos alguna vez? Parece ser, para desgracia del Estado español, que no.