El presunto estreñimiento con el que Pablo Casado se inmortalizaba hace unos días en Instagram para demostrar su preocupación por el coronavirus, ha derivado en incontinencia absoluta. El líder del PP no puede parar de inundar su red social de fotografías que mezclan el ridículo y la propaganda barata de forma magistral. Si pensaban que la mueca absurda del de Palencia frente al espejo, malgastando agua y neuronas, era insuperable, tranquilos: Casado es tozudo como una mula. Perdón, como una oveja o un borrego.
Pablo Casado vale para todo. Para hacer anuncios de laxante o para ponerse el disfraz de pastor, y presentarse como el salvador de la ganadería en tiempo de coronavirus. Es lo que ha hecho, plantarse en una explotación y, rodeado de ovejas, firmar una nueva imagen de aquellas que no sabes si las hace seriamente o si el político tiene un canal de humor viral. Cada vez tenemos más claro que la segunda teoría es la buena. Eso, o el asesor de imagen del popular es un podemitabolivariano infiltrado. La red ha cogido la imagen y se ha ensañado con ganas. El título principal, es evidente, eso de 'El silencio de los corderos' y otras variantes. Pero hay quien va más allá, y observa la fotografía como un retrato coral de Casado "y sus votantes".
Deseando descubrir la siguiente escena del álbum de cromos del capo de la calle Gènova. Cualquier posibilidad es factible.