La derechona española, pija y faltona, no para de repetirse frente al espejo: "Qué guapo soy, qué pelo, qué dientes, qué sobacos, qué todo. Qué pibón ". No sólo son los guardianes de las esencias patrias y de la recta moral, no. También presumen de belleza y de genética privilegiada. Así, después del vomitivo tuit de Jesús López, concejal pepero de un pueblecito de Cuenca sobre los sobacos de Irene Montero, ahora el destinatario de nuevos ataques de índole personal ha sido su pareja y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. ¿Qué no lo gusta al trifachito, representado por el adonis malagueño Juan Carlos Robles Díaz, un economista y asesor que habrá ganado muchos dinero, pero que de dignidad no ha conocido en su vida? Los dientes de Iglesias. ¡Bravo, campeón, a por ellos!
Irene Montero .@Irene_Montero_ tiene que besar diariamente a esto. Si eso no es tener méritos yo ya no sé. pic.twitter.com/Q5cHGKmwjX
— Juan Carlos Robles (@jcroblesd) July 23, 2019
El personaje Robles, un fan encarnizado del universo facha en redes sociales (sólo le falta hacer la croqueta), también es abogado, ortodoncista aficionado y aspirante a jurado de concursos de belleza. De inteligencia no serán. De educación tampoco. "Tiene que besar diariamente a esto. Si eso no es tener méritos yo ya no sé", escribe, "compadeciéndose" de Irene Montero. Hombre, pues echando una ojeada a sus redes personales, lo que realmente da pena es pensar que su mujer y su familia tienen que convivir, besar, hablar, etcétera con él. Y no sólo porque nunca sería un hombre anuncio de dentaduras impolutas, no, sino por la porquería que sale de su cerebro.
Sí, lo sabemos, Juan Carlos. Odias a Iglesias, desprecias a Montero, los catalanes te damos asco y sueñas con policías nacionales y guardias civiles repartiendo estopa a rojos e indepes. Ah, y te crees muuuuuy guapo, claro. Pero olvidas una cosa: A partir de tu tuit, el mundo (el del siglo XXI, no el medieval al que aspiras), te has puesto en la diana de la opinión pública. También en la de tu querido Gabriel Rufián, "el gilipollas del año", según explicas.
Estás tú para hablar de méritos, Juancar. pic.twitter.com/OEXDwoXN1X
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) July 23, 2019
El que lleves corbata y barba bien arreglada no te convierte en guaperas.
— Jonathan dos (@jvlpart2) July 23, 2019
Quien sabe igual tienes sólo 3 cmts de polla y eres el hazmereir de las mujeres y por eso atacas con violencia el físico de @Pablo_Iglesias.
ES LO QUE TIENEN LOS ACOMPLEJADOS INFELICES Y AMARGADOS
La obsesión que tienes es enfermiza. Solo espero que nadie tenga que soportarte a diario porque les compadezco. Eres un ser despreciable. pic.twitter.com/0m5Jjo2DgY
— Angel (@Rezakhan20) July 23, 2019
Te lo dedico Juanca !!!! pic.twitter.com/v9XVT4BCKg
— Mikideblanes �������� (@Miki12632082) July 23, 2019
No se si tendrás clientes, por que no me creo tu formación, pero en cualquier caso, con esa educación tan exquisita, ya están tardando en ir a otro sitio.
— René (@preciosas10) July 23, 2019
Machista, maleducado,barriobajero.
Simpatizante de v🤮x supongo.
Iglesias no es santo de mi devoción, pero este comentario te coloca a la altura del betún. Ojalá alguien que te importe te diga a la cara lo cretino que eres.
— Hannah Arendt�������������������� (@espe_farre) July 23, 2019
Aquí dejo esto por si alguien quiere ponerse en contacto con "RD Asesores", la empresa para la que trabaja este economista tan majete 😉 https://t.co/m6pmq76Kdg pic.twitter.com/jGnu5I31Yu
— Flecha Morada (@Flecha_Morada) July 23, 2019
Me da que Juan Carlos no está contento con su pene... pic.twitter.com/BmVitjldnu
— Stéphane M. Grueso (@fanetin) July 23, 2019
— guillotinaYa (@guillotina_Ya) July 23, 2019
No te funciona el viagra? No te funciona la neurona? O simplemente no funcionas en nada ? Señor economista, abogado y auditor de cuentas en declive que ya no se le levanta ?
— Rakel (@rakeld12341234) July 23, 2019
Por cierto, máquina, un deseo sincero: Esperamos que tu familia, a la que exhibes en tus redes mientras demuestras tu vileza y prejuicios contra el resto del mundo, no tengan que sufrir el veneno que tú inoculas con alegría. Primero, porque no se lo merecen. Y segundo (ya que te preocupa tanto la imagen y la belleza), porque entre tú y Jon Kortajarena o Andrés Velencoso hay un abismo. Pero bien, sigue la linde, que ya sabes que pasa al final.