La capacidad de Pablo Motos para provocar vergüenza ajena es insondable. Su conexión cerebro-cuerdas vocales necesitaría de una ITV urgente. Eso o clausurar su programa, o cuando menos, plantearse seriamente sustituirlo. La avería del presentador es cada vez más grave, y ya ni siquiera hablamos de su sesgo político, ilusión de experto sanitario o hipocresía manifiesta, multiplicada en esta época del coronavirus. Tampoco de su machismo sistemático e impúdico. La cosa va más allá, y ahora también demuestra un 'cuñadismo' de categoría extra despreciando a compañeros de cadena y a toda una comunidad del estado por su forma de hablar el castellano. Se ha cubierto de gloria, y se ha llevado un nuevo collejón en directo.
Motos entrevistaba a Roberto Leal, flamante presentador del nuevo 'Pasapalabra', que ahora se hará en Antena3. Un concurso en el que la rapidez y la dicción del conductor del programa es esencial para intentar no birlar según valiosos al concursantes. Pues bien, que Leal sea andaluz es, para el de El Hormiguero, un handicap y una anomalía que se tiene que corregir. "¿Con lo del acento andaluz qué vas a hacer, lo vas a suavizar, lo vas a dejar?". Insólito. Leal, tan elegante como contundente, lo hunde: "no tiene nada que ver. Trataré de articular más, y en el momento que los concursantes me entiendan, que me entienden perfectamente, porque llevo 20 años trabajando en televisión, no hay problema".
Leal no dejará su acento, de la misma manera que Motos nunca dejará de decir tonterías y faltar el respeto. Sorprende el ego sideral del personaje, que quizás hable de forma neutra, pero las sandeces que salen de su boca no las entiende nadie.