Pablo Motos tiene la piel muy fina. A pesar del éxito indiscutible (y a menudo incomprensible) de 'El Hormiguero', no acaba de aceptar las críticas, proporcionales a sus cifras de audiencia. Las bofetadas le vienen de todas partes, público, invitados, industria, compañeros, redes sociales. Y por temas habitualmente recurrentes, y que se engloban en una categoría: rancio. Él no entiende nada, hace editoriales mirando a cámara y lamentando lo mala que es la peña, y cuando se molesta mucho, pero que mucho, acciona un botón: el de la llamada de móvil a medios o el de censurar contenidos de su espacio en redes. Este modus operandi lo hemos visto últimamente reflejado en varias polémicas.

Pues bien, estamos pensando la posibilidad de que el siguiente toque intimidatorio que haga el equipo del show de Antena 3 sea una conferencia internacional. 'El número de Hollywood, ¡ya!', se escuchará desde el despacho del valenciano. Una llamada a la meca del cine para leerle la cartilla a un actor VIP y reconocido, pero que ha cometido una temeridad: acercarse demasiado al sol. Se quemará. Resulta que este intérprete de 55 años, y recientemente divorciado de su mujer desde hacía 27, está mutando. Y cada día se parece más al irrepetible presentador Motos, con copyright universal para hacer de sí mismo. Él es 'El Gran Showman', y no Hugh Jackman.

Hugh Jackman / GTRES

No, va, hablemos seriamente: atención en lo que le está pasando a Hugh Jackman, el mítico 'Lobezno' de la saga 'X Men'. O la comida de medio planeta estaba en mal estado y hemos empezado a ver cosas que no son, o el actor y el presentador cada día son más semejantes. Cosa, por otra parte, nada favorecedora para el australiano, con todos los respetos. Un usuario del antiguo Twitter ha colgado un fotograma del directo que Hugh hizo hace unas horas en su cuenta a Instagram, y la semblanza es escalofriante. Es la conversión del hombre lobo, en vivo y en directo. Da cosa. Nunca más lo volveremos a ver con los mismos ojos.

Hay que decir que, evidentemente, no podemos descartar totalmente la mano de la IA para perpetrar una broma viral. Sin embargo, pecando de inocencia, concederemos verosimilitud al documento por la confesión del autor del tuit. A partir de esta base, el resto. Es decir, el incendio en redes sociales, con mofas, comentarios sangrantes y una perplejidad que compartimos, y compartiremos, como miserables. Todo liga, sí.

Pablo Motos / Antena 3