Que nadie se asuste ni se alarme. Ni fans incondicionales, ni detractores encarnizados. Pablo Motos está en el hospital. Se recupera de una operación y, por lo que hemos visto en las redes sociales, tiene la intención de volver a 'El Hormiguero' el próximo lunes. Motos no se coge una baja desde el siglo XX, parece de hierro. No lo es, para su desgracia: su cuerpo de 55 años sufre como el de todo dios. Ya sea por el paso del tiempo, por sus retos de musculación o porque es un insensato, pero de vez en cuando todo revienta y tiene que pasar por boxes o la enfermería.
Le hemos visto con un ojo morado, chamuscado por el sol, tragándose corchos hasta ahogarse. Le hemos apreciado un color extraño en la piel. Incluso ha estado a punto de perder las manos por burro. Lo que no hemos visto nunca es que deje de decir tonterías machistas y sesgadas. Tampoco en la situación que nos hemos encontrado en las redes: un mensaje en la cama del hospital, bajo los efectos de la anestesia y diciendo una frase que le acompañará siempre: "me han metido un tubo". Todo Instagram quería saber por dónde lo habían metido, pero no seremos malos. No hay emoción. Se trataba de una operación en el hombro, y el tubo le ha entrado por la garganta. Malpensados, fuera de aquí. También los que crean que ha aprovechado para inyectarse un poco de cordura: no es este caso. El showman ha enseñado la intervención y ha vuelto al reposo, que falta le hace.
Somos muy críticos con el de Antena 3, sí. Pero siempre por motivos profesionales. Nunca nos alegraremos de desgracias ajenas. Por lo tanto, ánimo y que se recupere pronto.