Pablo Motos es el rey de la TV en España. Cada día dirige, produce y presenta el programa más visto a todo el Estado excepto a Catalunya. Una chincheta que tiene clavada en la suela: en Catalunya no es el líder. Su socio, Jorge Salvador, es catalán, y el realizador del programa Juan G. Rodríguez es catalán, los dos ex-Arús. Pero Motos, valenciano, nunca ha conectado del todo ni con el público catalán ni con la temática catalana. Nunca ha ocultado su proximidad al bloque PP, Vox y Cs y es abiertamente anti-indepe. Todavía se recuerda cómo humilló Oriol Junqueras encarcelado en un gag de muy mal gusto.
Este jueves El hormiguero ha aprovechado que tenía una invitada andaluza que vive en Catalunya. La actriz cordobesa Macarena Gómez ha fijado su residencia en una granja en un pueblecito del Alto Empordà con su marido catalán Aldo Comas. Motos, que se ha documentado, aprovecha esta "excentricidad", la andaluza que vive en Girona por amor, para formularle una pregunta que entusiasmará a Carlos Carrizosa y a Ciudadanos: el equívoco que tuvo Macarena Gómez con su hijo Dante de 7 años por culpa de recibir las circulares de la escuela en catalán.
Macarena Gómez convierte una pregunta bomba, los supuestos problemas de una andaluza que hace años que vive en Catalunya para no entender una circular de la pérfida escuela catalana que sólo las envía en catalán, en una divertidísima anécdota. Bien jugado. Macarena: "La anécdota fue muy graciosa. Era una circular en catalán y la leí en diagonal. Digo 'Uy fiesta de disfraces, el niño tiene que ir vestido de cocodrilo'. Ya me ves a mí por Barcelona buscando un disfraz infantil de cocodrilo. Al llegar al colegio le dije a la profesora 'Qué raro, no hay nadie más disfrazado de cocodrilo'. No había que venir de cocodrilo. La profesora me dijo 'No, es que la clase de tu hijo es la clase de los cocodrilos'. Se quedó vestido de cocodrilo todo el día". Macarena, muy hábil, no culpa a la escuela de escribir sólo en catalán sino que es ella, despistada, quien lo leyó deprisa y sin fijarse. Buena.
Será la manía que tienen los jardines de infancia de nombrar las clases con nombres de animales, los cocodrilos, las ardillas o las cebras. O será que Pablo Moltos, valenciano, lo preferiría todo escrito en castellano. El programa fue líder en España pero no en Catalunya donde fue ampliamente derrotado por TV3 y Polònia (18,5% contra 12,5%). El presentador lamentó un día públicamente que su programa perdía en Catalunya contra "¡un programa de setas!". Era el Caçadors de bolets, que también le derrotaba de mucho. A Motos, la moto se le avería Catalunya.