El presentador de El Hormiguero ya no es el que era. Pablo Motos acumula una notable racha de visitas al hospital, problemas de salud y ausencias al frente del show de Antena 3. Hace poco tiempo sufrió el coronavirus, dejando el programa al cargo de una Núria Roca que fue aclamada por los espectadores: pocos le echaban de menos. Un poco más aparatoso fue el problema que sufrió en el hombro, ingresando en el hospital para ser operado. Los vídeos al salir de quirófano eran oro puro, medio anestesiado y dejando frases para la eternidad. Aquello le supuso presentar el espacio durante un tiempo con un cabestrillo, porque el de Requena no se desengancha de la tele ni con agua caliente. Pues bien: acaba de sufrir un nuevo contratiempo y ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente. Un orzuelo como una catedral ha tenido la culpa.
Se ve que este problema es recurrente en el valenciano: el año pasado tuvo que visitar la clínica por un motivo similar. Y más temas oculares: en el 2019 se operó la vista y no quedó del todo bien. Desde aquel momento empezó a llevar gafas, que repite a menudo. Motos lo ha explicado todo vía redes sociales, como siempre. Una especia de "antes y después" que estremece: el tamaño y el aspecto del orzuelo, "terrorífico", y el vendaje que le aplicaron después de eliminarlo. Entre eso y la mascarilla, daba miedo. Hay momias con mejor cara, de verdad. Bien, él no se llama a sí mismo momia, si no "pirata", que mola más. El caso es saber si estará a punto para presentar la edición de este lunes de 'El Hormiguero' o no.
Pablo, sólo te podemos decir "ándate con ojo" con la vista. No bromearemos más al respecto, lo prometemos. Celebramos que esté bien.