Pablo Motos es uno de los presentadores de más éxito de la televisión española. Eso no tiene discusión. Lo que sí que se puede debatir, hasta hacerte cruces de todo tipo, es como ha llegado hasta allí. Bien, quizás la respuesta es fácil: ser el líder del España cuñada tiene esta recompensa. Un país en el que sobran especímenes como estos, la mayoría fieles de 'El Hormiguero'. La industria del espectáculo rema a favor de obra, llevándole a los artistas y personalidades más famosas del momento, siempre de promoción. Un blanqueo exhaustivo que sirve para vestir sus discursos rancios de derecha cavernícola, machista y victimista. La broma, para muchos espectadores, dura ya demasiado tiempo.
Si 'Sálvame' se lo cargaron, 'El Hormmiguero' tiene que ir dos metros bajo tierra. Es justo y necesario. El problema, que en las teles privadas manda la misma derecha españolista. Y nadie para los pies a una de tus gallinas de oro, exceptuando Catalunya, el único territorio donde 'EH' es un fracaso. En el resto de España se sube a cotas muy altas, también porque no hay alternativa. Los que han intentado destruirlo han fracasado. Incluso Jorge Javier Vázquez, aunque Telecinco le puso una moto cutre para intentar competir con 'Cuentos Chinos'. El título, muy adecuado para aquel engaño. Pues bien, tenemos un nuevo aspirante a birlarle el cinturón de campeón, y cuando menos a hacerle un buen destrozo en el share, donde más pupita le puedes hacer. El nombre promete: David Broncano.
El de 'La Resistencia' está a punto de dar el salto de Movistar+ a TVE. Queda cerrar los contratos, pero ya se da por oficial. El formato producido por 'El Terrat' de Andreu Buenafuente (amigo de Motos, claro que sí) se va a la tele pública, a la misma franja de audiencia de Motos y las hormigas. El combate puede proporcionar sorpresas, porque Broncano es todo lo que Pablo no será nunca. Y lo más importante: no necesita de grandísimos nombres para brillar. Quizás el formato está más o menos agotado, pero el planteamiento es interesante. Queda un último filtro, que el Consejo de RTVE apruebe la adquisición de los derechos, y el resto será poner las palomitas al fuego y esperar. David, por cierto, deja una noche sí y la otra también algún zasca al valenciano. Ahora podrá ser más directo, a la misma hora.
El movimiento tiene una lectura en clave política innegable. ¿El resumen? Perro Sanxe lo vuelve a hacer. Pone a uno de sus enemigos mediáticos en una posición difícil. Una vez más. El mes de junio lo aniquiló en directo en el plató, ahora el golpe de gracia es hundirle el chiringuito, que caiga su reino en Antena 3. La empresa es complicada, pero mira al dirigente socialista: a menudo parece que el Mago Pop es un principiante a su lado. In David we trust. Es el principio del fin. Se han acabado las llamaditas rabiosas. Quizás ahora sean amistosas y suplicatorias. Ya veremos.