Ayer fue a "divertirse a El Hormiguero" el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y vaya que sí, que se lo pasó de coña. Era una visita muy esperada. El plató de Pablo Motos es un escenario habitual de ataques al mandatario socialista, al que la derecha extrema y la extrema derecha dan por muerto y enterrado el próximo 23 de julio. Seguramente será así, porque los carcas españolistas van desatados, pero con Sánchez nunca se sabe. Ya lo dieron por muerto hace años y obró el milagro. Motos tenía que cavar unos metros de tumba, pero el que acabó pasando fue todo lo contrario. Pedro volvió a La Moncloa levitando dos palmos sobre el suelo de la paliza dialéctica que le propinó. No hubo color, era muy superior.

El festival de bofetadas fue realmente antológico. Solo tenemos una duda, si fue mérito de Pedro o demérito de Pablo. Optamos por la segunda opción: Motos puede parecer mucha cosa mirando las audiencias del programa, pero cuando tiene que hacer de periodista de verdad, patapam. Noqueado. Sus correligionarios ideológicos lo están poniendo a parir, incluso los más exaltados como Javier Negre lo acusan de dejarse comprar por el PSOE. Cierto que las caras, las expresiones y los gestos del presentador eran de una incomodidad manifiesta, de sentirse muy pequeño ante una persona mucho más preparada en todos los sentidos. Pequeño. La palabra clave.

Pedro Sanchez Motos Antena 3
Pedro Sanchez con Pablo Motos / Antena 3

Las sillas de Pablo Motos y Pedro Sánchez, el hazmerreír de las redes

La entrevista deja a un montón de titulares, de momentos muy comentados, anécdotas e incluso, detalles que se han analizado a posteriori… y con mucha mala idea. Por ejemplo: la diferencia de estatura entre ambos. Gigantesca. Una metáfora que va más allá de cuestiones físicas y que se manifiesta a la perfección a través de las sillas que ocuparon en el plató de Antena 3. Digamos que una estaba subida al máximo. La otra no. Es la única manera de salvar un desfase de casi 30 centímetros entre los protagonistas. Bueno, había otra opción, una chapuza: ponerle cojines a Motos hasta que llegara a su altura. Alguien con buen criterio dijo que no. Mejor que parecieran las sillas de Ricitos de oro y la casa de los osos que otra cosa.

Las sillas de Pablo Motos y Pedro Sánchez / Antena 3

Sánchez y Motos, un combate muy desigual

La imagen arrasa en las redes y es el hazmerreír por lo que rezuma. Pero vaya, que hubo más momentos en los que la diferencia se puso de manifiesto en la pantalla. Los pocos que estuvieron de pie el uno al lado del otro no ofrecen discusión: Motos no le llega ni a la suela de los zapatos. De acuerdo, no exageraremos. Lo dejaremos por los sobacos, siendo justos. Esta noche, con Alberto Núñez Feijóo, las sillas volverán a equilibrarse, como su credo político. Aquí solo hay 15 centímetros de distancia. Con unos tacones bien pensados y estirando el cuello adecuadamente, no habrá risas al respecto.

Pablo Motos / Instagram

Vete a saber si Motos ha girado la tortilla de la próxima cita electoral. Se lo habría ganado.