Joaquín es la auténtica estrella de Antena 3. El programa tardó en estrenarse, pero ha sido un éxito absoluto. El espacio anotó en su primera emisión el programa más visto de la última década con más de tres millones de espectadores. En su segunda semana con Rosario Flores bajó a los 2,5 millones, aún así es un dato muy positivo con un 21,5% de share. Todos los miércoles, el futbolista se pone a prueba con profesiones dispares para encontrar el trabajo perfecto cuando cuelgue las botas.
Esta semana entrevistó a su amigo Pablo Motos. Los dos conversaron sentados en un banco del parque de las siete tetas con todo Madrid a sus pies. Joaquín se interesó por el trabajo del valenciano para ser un buen comunicador. Además de hablarle de su duro trabajo, la crisis que tuvo por la que estuvo a punto de enviar todo al traste, o cuando presentó la idea del programa, que en un primer momento nadie la aprobaba, Joaquín se interesó por conocer todos los detalles de aquellas pequeñas intervenciones que el presentador se realizó en verano. Unos retoques estéticos que no salieron como estaba previsto. "Pensé que debía mejorar mi imagen, así que quería los dientes más blancos", empezó explicando el conductor de 'El hormiguero’.

Pablo Motos quiso mejorar su imagen: se operó la vista, los dientes y se puso bótox
Debido a su trabajo, Pablo Motos se realiza operaciones o retoques en un mismo día, y aprovecha aquellos en los que no hay programa. Preguntó a una dentista sobre la posibilidad de cambiarse todos los dientes en un solo día. La dentista le contó que es una operación de unas doce horas y como causa bastante dolor se suele hacer por fases. Sin embargo, el presentador insistió en que podía soportar esta intervención y se sometió a ella en un solo día.
Justamente, al día siguiente Pablo Motos se operó de la vista. El doctor le dijo que le operaría del ojo derecho, pero en el izquierdo le dejaría dos dioptrías. Como su ojo izquierdo es vago tenía la posibilidad de ver doble. El valenciano pidió al doctor que le hiciese la operación en su totalidad, a pesar de las consecuencias. Efectivamente, al despertarse al día siguiente veía doble. "De los nervios me había roto todos los dientes. Empecé a apretar y como el pegamento llevaba muy poco tiempo, me dejé algunos dientes para fuera y otros para dentro. Al día siguiente de esto fui al oftalmólogo con los dientes torcidos y le dije: '¡Veo fatal!", relató Motos.
El doctor le avisó y se lo recordó, no obstante le dio dos opciones. Por un lado, volver a operar, y por otro, forzar al ojo para que el sistema neurológico se adaptase a ver bien de nuevo. "Se reía de mí toda mi familia porque leía poniéndome el periódico de lado. De frente no podía leerlo porque no veía", reveló el presentador entre risas.

Finalmente, consiguió solucionar el problema sin operación. "Al final, fui centrando la vista hasta que volví a ver otra vez bien. No me llegaron a operar porque fui cabezón y cada día lo intentaba forzar una hora", confesó el conductor de 'El hormiguero’
Para relajarse, ese mismo verano acudió con su mujer a un hotel macrobiótico. "Mi mujer me dijo que no me pusiese bótox, pero yo llegué allí y pregunté: 'Oye, ¿me podéis poner bótox?", afirmó el presentador. "Me empezaron a pinchar y yo sentía que se me inflaba la cara por dentro. Me dijeron que había quedado fenomenal. Yo salí del hotel y pensé que mi mujer no se iba a enterar de nada. Pero cuando se abre el ascensor y me veo en el espejo, me doy cuenta de que me habían dejado chino", bromeó Motos. "Yo me asusté, intentaba hacer gestos y no me iba la cara. El bótox te deja todo eso muerto. Estuve todo el verano tocándome para ver si me volvían las arrugas. En el inicio de esa temporada de 'El hormiguero' no me podía reír", desveló entre risas Pablo Motos. Al pasar unos meses pudo mover la cara con normalidad.