"¡Hola, hola"!. El grito de guerra de Pepe Domingo Castaño resonó este domingo durante todo el día. El mítico periodista de la Cadena COPE murió la pasada madrugada y evidentemente, sus compañeros de cadena lo estuvieron recordando todo el día con un Tiempo de juego que se recordará muchos años, emocionando a los oyentes habituales. No solo los periodistas de la cadena de la Conferencia Episcopal lloraron al difunto, recordando numerosas anécdotas. Desde todos los ámbitos de la comunicación, el deporte y la política también rindieron sentidos homenajes al creador de "¡Pepe, un purito"! y tantas y tantas cuñas publicitarias, además de su estilo único a la hora de abordar la información deportiva y al mismo tiempo, gran amante de la música.

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Pepe Domingo Castaño con sus inseparables Paco González y Manolo Lama / @pepedomingocope
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Pepe Domingo Castaño con su inseparable Paco González / @pepedomingocope
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Pepe Domingo Castaño con su inseparable Paco González / @pepedomingocope

Por el tanatorio de Madrid no pararon de pasar personas que lo conocieron y quisieron, entre ellos, evidentemente, su inseparable Paco González. Su amigo del alma, compañero de trabajo, pero mucho más que eso, durante casi treinta años. Un hermano. Todavía resuena en las ondas la descomunal intervención de Pepe Domingo Castaño cuando se puso delante de los micrófonos de la Cadena SER el día después de que despidieran a Paco González del Carrusel deportivo después de 18 años. Con los directivos presentes en el estudio de la emisora, y con la consigna de no hacer ninguna referencia a González, Castaño hizo lo que le salió del moño, pasó olímpicamente de las 'recomendaciones' y no se calló la boca defendiendo a su gran amigo delante de lo que él consideraba una injusticia.

Después de eso, Pepe Domingo siguió los pasos de su amigo y se marchó con él a la COPE, donde llevaban ya trece años, convirtiendo su Tiempo de juego en líderes en España con respecto a programas de retransmisiones deportivas. Ayer, después de todo un día de pésames, de recuerdos, de lágrimas, de momentos donde la voz se les rompía a los compañeros, de risas y de anécdotas, en el programa de Juanma Castaño que cierra la jornada, El partidazo de COPE, en El tertulión de los domingos, intervenía Paco González después de uno de los días más tristes de su vida. Sus palabras hablando de Pepe Domingo Castaño acabaron de conmover al personal: "31 años mano a mano" desde septiembre de 1992. "Voy a ratos. Si tuviera que quedarme con algo, es que es un ejemplo. Era un genio, un maestro, el mejor comunicador que ha existido. He visto silenciar un pabellón de 3.000 personas con su silencio. Nunca discutí con él, era imposible enfadarme con él. Se me caía la baba con él. Comía en los bares más humildes y trataba con el mismo respeto al humilde que al jefe".

González también ha explicado cómo pasó sus últimas horas, pendiente del estado de salud de su amigo: "Hace dos sábados, el anterior del parón de selecciones, viene y estaba fastidiado de la garganta. Fue al médico y le trataron y como no funcionaba, le cambiaron el tratamiento. Al final de esta semana, el jueves-viernes, estaba muy cansado, y ayer Tere nos dijo que se quedaban ingresados. Hevia y yo nos dijimos "lo que está sufriendo Pepe" porque le provocaba aprehensión todo lo relacionado con las batas y no esperábamos que al final de todo esto pasara lo que ha pasado. Nos llamó su hijo pequeño anoche y nos dijo que no había solución. No me imaginaba malo nunca a Pepe". También ha recordado el primer día, hace 31 años, que trabajaron juntos, y cómo ya desde entonces le dio pruebas de su generosidad: "La mesa tenía forma de U y no me correspondía a mí ponerme en el pico de la U porque la estrella era él, pero él me dejó ese asiento, y dije, sí, es verdad, presento yo".

González ha acabado con una sincera desazón de cara al programa de mañana, en la primera jornada de Champions: "Tengo pánico personal al martes, que será el primer programa sin él, y ver la silla vacía y comenzar un programa sin Pepe. No tengo ni idea de cómo voy a empezar. El vacío que nos deja es tremendo, tan grande como su legado. Un beso gigante a toda su familia. Le debo tanto a Pepe...".