Entre la década de los 90 y los años 2000, Paco Porras se convirtió en una de las caras más populares de la televisión en España. Una fama que el futurólogo adquirió a base de aparecer, una ves tras otra, en algunos programas del estilo Crónicas Marcianas, al lado de otros personajes mediáticos a los que se les acabó colgando la etiqueta de "frikis de la tele", como Tamara-Ámbar-Yurena o Leonardo Dantés. Pero de la noche a la mañana, el vidente se apartó de los focos y desapareció de la pantalla. Poco más se ha sabido de él. Hasta ahora, que su amigo Tony Genil ha revelado que ha sido ingresado en la UCI.
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En una entrevista, este jueves, en Sálvame Limón, el compañero de peripecias de Porras en el programa de Xavier Sardà ha explicado que el martes sufrió un infarto de miocardio. El adivino fue operado de urgencia en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, le colocaron un catéter y ha pasado las últimas 48 horas en la unidad de curas intensivas. Se encuentra estable y recientemente ha sido dado de alta.
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Según la explicación del mismo Genil, Paco Porras se empezó a encontrar mal después de conocer la noticia de la muerte de Ennio Morricone. El gran compositor italiano era su ídolo, y su pérdida lo desestabilizó hasta el punto de tener un ataque cardiaco. Otras fuentes de su entorno, en cambio, aportan una información diferente: la causa del infarto podría ser una dieta con gran cantidad de grasas y mucho vino, aunque los médicos le habían advertido en varias ocasiones sobre la necesidad de cambiar sus hábitos.
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Después de años retirado de la vida pública, Porras reapareció en la pequeña pantalla en verano del 2019. Entonces visitó Telecinco para que lo entrevistaran, aseguró que se encuentra en la ruina económica y afirmó también que se ha quedado "solo y paralítico". Durante 14 meses, el tarotista quedó en silla de ruedas por los problemas que tiene para andar. Una situación para la que encuentra a un único culpable: el presentador Javier Cárdenas, que fue colaborador de Crónicas Marcianas y que dirigió la película FBI: Frikis Buscan Incordiar, en la que lo ataba a una lancha motora para que saliera disparado. "Me ha dejado lisiado, no puedo mover el brazo y se ha llevado el dinero", denunciaba aquel día.