Jesulín de Ubrique ha dejado una huella imborrable en el mundo del toreo. Nacido en Ubrique, proviene de una familia con profundas raíces taurinas; su padre, un reconocido ganadero, influyó en su pasión por la tauromaquia. A lo largo de su carrera, Jesulín se destacó por su estilo elegante y su valentía en el ruedo, convirtiéndose en un ícono del arte taurino. Pero el inicio de su carrera es del todo insólito, tiene que ver con unas deudas que contrajo Humberto Janeiro con Rocío Jurado. La familia tocó fondo.
Humberto Janeiro, padre de Jesulín de Ubrique, era promotor de conciertos. Uno de sus proyectos consistía en presentar a los artistas destacados de los años 80 en Ubrique, su pueblo. El show se llevaría a cabo en el Gran Cinema Alcázar. Los artistas más populares eran Manolo Escobar, El Fary, Bigote Arrocet, La Bombi y, por supuesto, Rocío Jurado. “No le fue bien, perdió dinero”, le decía el extorero a Albert Espinosa en El camino a casa. Pero esto fue más serio de lo esperado, las deudas eran astronómicas.
El mayor pago le correspondía a Rocío, que era la figura principal. Humberto se sentía obligado a tomar una decisión drástica y se decantó por vender un terreno que tenía a las afueras del pueblo. No se trataba de un sitio cualquiera, pues era donde se reunían en familia. Aun así, resolvió ponerlo en venta. Cuando salió a colocar el cartel de ‘se vende’, Jesulín advirtió la magnitud del problema. Entonces recordó que su padre había querido tener un hijo torero y no hizo falta más para soltar la frase que cambió su vida. “¿Tú quieres que yo sea torero? Pues no vendas el campo”, le dijo. Al escuchar esto, aceptó la propuesta y quitó definitivamente el cartel. Lo siguiente era pagar la deuda.
El primer pago de Jesulín de Ubrique destinado a Rocío Jurado
El entonces joven se formó en una escuela taurina de Cádiz e hizo su debut poco después. Engañó a Antonio Ordóñez y le hizo creer que tenía 16 años cuando en realidad tenía 13 años. Cumplió el cometido, pues cobró su primer cheque de 1 190 000 pesetas. Teniendo ese dinero, Janeiro pudo liquidar la deuda que tenía con Jurado y sacar a su familia de ese apuro económico.
Jesulín siguió toreando y su padre usó el dinero siguiente en comprar un solar para construir una casa, ellos vivían de alquiler, y adquirieron un coche. A los 14 años, con el dinero ganado, compraron un piso. Al año siguiente se hicieron con una furgoneta y edificaron la casa. Con 16 ya tenía la finca ‘Ambiciones’ que denominó así por el nombre que tenía el toro cuando se estrenó como novillero en la plaza de Ronda. Con el paso de los años, el diestro siguió aumentando su patrimonio por ejercer en esta profesión, a la que llegó motivado por hacer un bien y salvar a su familia de perderlo todo. La conexión entre Jesulín de Ubrique y Rocío Jurado es del todo inesperada. Quién pensaría que de algo preocupante saldría la mayor oportunidad de su vida.