Hoy es un día grande para los culés. Los seguidores azulgranas todavía estamos con lágrimas en los ojos, emocionados, conmovidos y eufóricos por lo que han conseguido las jugadoras del Barça. Perdón, por lo que llevan consiguiendo las jugadoras del Barça desde hace ya unos años. Con su juego, con su talento, con su compromiso, con su entrega, con sus victorias, han hecho que los aficionados del Barça podamos celebrar una nueva Champions. Y no solo eso: ver este sábado el estadio de San Mamés lleno, con 50.000 culés, ver las calles de Bilbao pintadas de azulgrana, es un nuevo hito. Lo que están haciendo estas jugadoras es histórico. El Barça ha vuelto a hacer historia, segunda Champions consecutiva, derrotando por fin a nuestra bestia negra, el Olympique de Lyon, en una final descomunal, perfecta, vibrante y donde los goles de las dos mejores jugadoras del planeta, las dos Balones de Oro consecutivas, Aitana y Alexia, hicieron llorar a los culés. Imágenes para el recuerdo hay para dar y tomar:
Celebración encima del césped, celebración fuera del césped, y la fiesta que no ha parado hasta altas horas de la madrugada. Muchas ganas de abrazar a la gente amada, muchas ganas de bailar, brindar e ir a dormir tarde, muy tarde, muchas ganas de estar orgullosas de lo que han conseguido al lado de sus familias, amigos, compañeras y parejas. Y en este sentido, una pareja que lleva tiempo robándonos el corazón, nos ha acabado de enamorar. Mapi León e Íngrid Engen parecen hechas la una para la otra. Las dos centrales, la aragonesa y la noruega, forman un tándem imbatible dentro y fuera de los terrenos de juego. Mapi, mucho tiempo lesionada los últimos meses, e Íngrid, que ha hecho una temporada espectacular en su nueva posición de central, celebraron la Champions con imágenes igual de eufóricas que las compañeras:
Pero desde ayer por la noche, un vídeo está circulando entre la culerada, y cada vez que lo miramos se nos pone la carne de gallina. ¿De qué se trata? De la reacción de Ingrid Engen en el momento en que Alexia Putellas marca el 2 a 0 definitivo. Mientras todas las jugadoras corren a abrazar a la gran capitana, mientras las futbolistas suplentes y el cuerpo técnico corren por la banda desatadas, la noruega se cruza todo el campo, desde su posición en la defensa, y solo tiene un objetivo entre ceja y ceja: abrazar y celebrar la victoria que se acababa de sellar, con su querida Mapi. Que fuera ella, su pareja, la primera persona con la que celebrara emocionada el título:
Mapi e Íngrid, maravillosas.