Si quieren un consejo para alguno de aquellos días que estén tristotes, con poco ánimo, el mejor remedio natural, infalible, es escuchar el Versió RAC1 de Toni Clapés. Concretamente, escuchar una de las voces que aparecen durante todo el programa. Y más que su voz y lo que dice, que también, especialmente su risa. Porque es una de las carcajadas más contagiosas de los medios. Un jajajajajajajaja que le sale del alma, y muy a menudo, cuando pasa alguno de los muchos momentos hilarantes que tienen lugar en aquel estudio. Hablamos de la mejor risa de las ondas, el de Marta Cailà.

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Marta Cailà / RAC1

Ya lleva un tiempo formando parte del equipo de Toni Clapés y compañía, y antes de eso, es una de las periodistas más históricas de la emisora privada. Y con Clapés, aparte de programa, comparte una característica... sentimentalmente hablando: sus parejas trabajan en la competencia, al otro lado de la Diagonal, en Catalunya Ràdio. Y es que la pareja de Toni es Marta Romagosa y la de Marta, Albert Murillo, director y presentador del programa Generació digital.

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Albert Murillo / Catalunya Ràdio

El viernes pasado, en el estudio de RAC1, hubo esta conversación socarrona, a raíz de resfriados y tos de los miembros del programa: "¿Hay alguien de esta mesa que próximamente va a Catalunya Ràdio, y les puede devolver el virus? Aquí hay dos personas que nuestra pareja trabaja en Catalunya Ràdio. Trabajamos con el enemigo. Yo voy mañana, y toseré, no llevaré ninguna pastilla. Voy a 'El Suplement'"... El director de este programa, que Marta visitó al día siguiente, Roger Escapa, se abona: "¿Te puedes poner la mascarilla, Marta? Te lo pido por favor".

Sensacional visita de la Cailà, por primera vez hablando para los micrófonos de Catalunya Ràdio, y acompañada de su pareja, Albert. Juntos han enamorado a los oyentes, hablando de su relación y de viajes. Juntos han hecho muchos viajes, y de estos, 9 o 10 han sido de una manera bien curiosa, con intercambio. Suecia, diferentes lugares de Francia, Islandia, Viena, Amsterdam, Brujas o Dinamarca. Tienen 3 hijos y siempre viajan en pack de 5 a donde sea... intercambiando su casa. Van a casas de gente que después va a su casa a pasar unos días de vacaciones. Normalmente se cruzan, no se llegan a conocer, menos una vez que llegaron antes de tiempo. "Sí que normalmente hacemos una conexión por internet, para ver cómo son, para charlar, qué pinta tienen, si son educados, simpáticos... a mí me da cierta tranquilidad".

Marta reconoce que antes de escoger casa y familia, "miro mucho las fotos de la casa, pero, con lupa, ¿eh? Si veo el más mínimo desorden, descartada. Hemos cogido casas mucho mejores que la nuestra, que dices: ¿'Perdona??', y no pagas nada". ¿Qué hacen con las cosas íntimas, ropa, etc? ¿Las esconden? "No cerremos nada con llave, pero sí que dejamos un espacio para que dejen la ropa. La casa está en perfectas condiciones, todo funciona". ¿Y la nevera?: "La primera vez hice una cagada grande, la dejé vacía pensando que tendrían sus gustos y se querrían comprar su comida, y nosotros llegamos a Nantes y estaba llena de productos, de arriba abajo, muchos productos que podríamos consumir. Les llamamos para disculparnos. Y encima, los pobres desgraciados llegaron en domingo y no había nada abierto. Al marcharse les dejamos la nevera llena y un ramo de flores, que siempre hacemos".

Ahora ya no lo hacen, lo de intercanviar, después de la pandemia, porque han empezado a tener gatos. Marta y Albert, maravillosos.